Escribe
Escribe, porque has nacido para esto
Escribe, porque debes haber nacido para algo
Escribe, porque mantendrá alejada de tu cabeza a las mujeres, o tal vez las mantenga cerca de tu cama
Escribe, aunque a veces las palabras corren a esconderse y tendrás que usar un diccionario de sinónimos
Escribe, porque, a pesar de lo que digan tus próceres, Rimbaud merece versos nuevos
Escribe, porque la noche pasa más deprisa y el día pesará menos sobre tus espaldas
Escribe, porque podrás igualarte a los dioses, o podrás igualarte a tus dioses
Escribe porque así no tendrás que leer eternamente las proezas de otros
Escribe, porque hay una isla virgen al otro lado del océano y solo tú puedes llegar a sus orillas
Escribe, porque el estómago del universo necesita constantes versos con los que sustentarse
Escribe, no tengas miedo de la pretensión o de la furia o de que las pasiones de venganza te dominen
Escribe, sin que te importe que Bukowski aprobase tus palabras, porque tampoco aprobaba las de Shakespeare
Escribe, aunque por tu vida solo haya pasado el tiempo; la calma también tiene sus musas
Escribe, aunque no tengas un instante para hacerlo
Escribe, conmovido o indiferente ante los genocidios y los ríos de sangre sobre el rostro del mundo
Escribe, en el porche de tu cabaña de Walden o en un ático febril de Moloc
Escribe, apoyado sobre tu estantería predilecta y sobre tus libros predilectos
Escribe, sentado sobre ellos, en actitud de desprecio
Escribe en el París con aguaceros de César Vallejo, o en el París venéreo de Henry Miller
Escribe largas y profundas concepciones de la naturaleza humana y escribe una ligera oda al crepúsculo
Escribe después de echar un polvo, regocijándote en la complacencia, y escribe tras una larga sequía sexual, ansioso y explosivo
Escribe cartas, poemas, renglones en las paredes del cuarto de baño de tu tugurio favorito
Escríbele a otros hombres de pobladas barbas y pechos fornidos y escríbele a gráciles mujeres de piel delicada
Escribe durante todo el día, sudando y temblando sobre el folio y escribe una vez cada mes para cambiar una coma de sitio
Escribe con tu ordenador nuevo o desempolva la antigua máquina de escribir de tu padre
Escribe con un lápiz, con un bolígrafo o con tus propios labios en el viento
Escribe con una guitarra sobre los muslos, acompañando con tus palabras con arpegios
Escribe, sin que te agobie lo que otros ya habían escrito con tu edad, tan solo espera a que el manantial fluya y ya nunca dejará de hacerlo
Escribe, espoleado por el tic-tac del reloj del triunfo, que otros ya habían trascendido con tus años
Escribe para que alguien te llame escritor y puedas expandir glorioso tu abdomen
Escribe, porque alguien será lo suficientemente descabellado para considerarte su maestro
Escribe, simplemente porque la escritura existe y sería deshonroso no servirte de ella
Pero escribe- con cada letra, las miserias se alejan unos pasos de tu camino.
Con cadencia de rock la inspiración lleva tus palabras, ese repetir va profundizando en cada verso el sentido…
«Escribe, porque hay una isla virgen al otro lado del océano y solo tú puedes llegar a sus orillas»
Ya hemos echado el velero a la mar…
Sin mapa y sin certeza de que haya algo en el horizonte…
Ya hemos echado el velero a la mar…
Suerte…