Cuerpo-prisión
¿Qué hacen estos ojos
Que no contemplan lo importante?
Reposan en láminas huecas,
Alejados de la luz del sol,
Del calor de los amigos.
¿Qué hacen estas manos
Que no se aferran al amor?
Reparten vacíos, frases sin sentido,
A mansalva distribuyen el horror
De cada día, bajo el cielo gris.
¿Qué hacen estos pies
Que no me llevan a ninguna parte?
Me llevan donde no quiero,
Me dirigen a callejones oscuros,
Alejados de la luz.
Entonces, me dejo caer,
Me tiro al piso, me quedo inmóvil.
Mi cuerpo se desentiende, me abandona,
Y me quedo solo,
Y entonces sé qué hacer.
Dejas sentir ese desencuentro y ese aislamiento de los unos con los otros, a pesar de deambular en urbes abarrotadas de gentes, agobiadas de información y ansiosas de vivir vidas virtuales.
En esa tentencia de poema reflexivo el tema esta bien planteado. El texto es bueno, pero siento que puede mejorar.
Saludos…
Al final la soledad espiritual, ya sin el cuerpo, esa incómoda frontera que impide al poeta comulgar con la vida.
Mejor la idea que la ejecución (no entendí lo de las manos).
Suerte.