De mi ignorancia
¿Qué estadística huérfana sería
capaz de encarcelar entre cuadrículas
el alma del impulso? No sabemos
-la ignorancia es un halo mensurable-
cómo la savia logra los colores
en la piel de la rosa
y apenas nos importa el mecanismo
con que la emoción abre fronteras
en la fragua glacial de las neuronas.
Saber, a veces, pone un calendario
a tu luna de miel contra la lógica.
Sólo sé que te quiero, como intuyo
el rayo en la tormenta o la nevada
en las aladas cumbres de febrero.
Pero no sé por qué, de qué materia
saca el amor su empuje y a qué nicho
de eternidad eleva esa dolencia.
Tu escuela de silencio, los enigmas
intactos en tu boca cuando ríes
con los ojos nostálgicos, la brisa
que exige a tus pestañas un esfuerzo
de abanico estival. Tal vez debiera
emulsionar la plata adormecida
en el negativo de tus pensamientos.
«Sólo sé que te quiero, como intuyo el rayo en la tormenta»
Una métafora -de un sentir- significante, como todo el poema.
Nada que agregar.
Suerte…
También me gustó mucho. No saber porqué quieres es querer de verdad. La rima cuando aparece (materia-querencia) lo hace con sordina y acompaña sin subrayar la impecable elegancia del terceto.
Enhorabuena.
Guzmán me sonrío ante la elevación de este poema. Podría buscar muchos adjetivos, pero creo que tus versos se califican por sí mismos.
Un gran poema, y a pesar de mi sonrisa, para tomárselo muy en serio.
Felicidades por ese talento.
Me ha gustado mucho este poema, quizá el que más hasta el momento.
Suerte Guzmán Silió:)