En aguas tranquilas
Nos queremos en la distancia,
en las siluetas desdibujadas
en el clavo ardiendo
en la bandera blanca.
Navegamos en aguas tranquilas
inseguros, esperando el colapso
como el barco de papel
de un niño torpe,
uno hacia otro.
Nos tomamos de la mano,
en el estrecho de Messina
Miramos hacia el cielo temiendo la tormenta
tantas otras veces inevitable.
El l azul infinito se desvanece en nuestras retinas,
la sal y la brisa nos protegen como un manto.
Ahora navegamos en aguas tranquilas.