100- Sarna con gusto. Por Paul Naval

Sarna con gusto

 

Camino a trompicones por las autopistas
de la información, como un vagabundo
con los músculos cristalizados, como
una cucaracha bañada en ácido de batería.

Agonizo atrapado en una maraña
de algoritmos y megabytes.
Me chuto notificaciones
en el sistema límbico.

Me sumerjo en las pesadillas ajenas
y observo mi reflejo apocado y enfermizo
en los espejos descompuestos
del templo de la vanidad.

Ah, las redes sociales.

Las criticamos pero
no podemos vivir sin ellas.

Como la política, como el dinero,
como los pensamientos impuros,
como la violencia o la mentira.

Dios, adoro estas complejas drogas
tan cyberpunk y neo-noir.

Porque me hacen sentir
más perdido de lo habitual.

Porque me ayudan a entender
hasta qué punto está corrompida
nuestra existencia.

 
 

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