Agua, tan solo agua,
en esta casa vacía y lenta
donde la pared rocosa deja pasar las gotas de vaho y lluvia,
al igual que la memoria
tiene fugas de recuerdos e ideas.
Agua, tan solo agua,
para esta boca dormida y seca
que añora el tacto de tus labios
y la esponja cálida de tu lengua.
Agua, tan solo agua,
en el recipiente carnoso de tu cuerpo,
agua.
Si cada beso que me guardo
se volviese agua
hoy tendría un océano
entre mis labios.