11- Minueto azul. Por Luli Cattáneo

Minueto azul

El preludio de una danza
eriza mi reacción
ante un mirar anclado al deseo:
en silencio, alguien corteja mis profundidades
desde un rincón de la antesala.
Mi interior, escandalizado, se somete.
La quietud de mi fachada es entonces interrumpida
por sus pasos que merodean
por la sutileza de un disimulo insostenible
por el volcán que sus ojos moldean en mí.
Aproximarnos justifica el sonido de cada acorde
mientras el crescendo de un éxtasis nos hace temblar.
Las armonías se escurren ante los suspiros
nos dominan
pero el tacto se vuelve prohibido.
La complicidad conspira con el aire que respiramos
hasta que su cintura le da la bienvenida al roce
de mis manos.
Con firmeza, guía mis giros
y enredada en minués atravieso el muro
de la inhibición.
Corrompemos la inocencia
clavando nuestros cuerpos en una ternura desmedida
y aunque la orquesta envidie nuestro lenguaje
bien sabemos que nos reconocemos
en cada partitura proyectada.
El camuflaje nos incomoda
nos arrancamos las máscaras
pues ajetrean la inmensidad de nuestro fluir.
Un fulgor imprevisto desenfrena al alma
y nos vislumbramos sin rodeos.
Entre alquimia y química
la eternidad nos acerca
al tejer nuestros cuerpos en un mismo espacio
donde el abrazo se vuelve perpetuo e inefable.
Las dudas se desvanecen
y comprendo
sólo sé rodear tu alma con un lazo de protección
porque a los seres se los cuida
y a vos, te acompaño.
Siempre.

 

 

5 comentarios

  1. ¿Por qué minueto o minué? El «vos» final recuerda más al tango y además la música barroca acompaña mal esa danza de los sentidos que desarrollas en el poema. ¿Y por qué azul?

    • La conexión de los protagonistas trasciende al minueto, aun su cercanía desafía a la condensada vestimenta. El «vos» es una pincelada huidiza de quien escribe. Suelo relacionar al color azul con la comunicación, en este caso reflejada en la complicidad de quienes danzan. El azul me remite a aquello que perdura en el tiempo, a lo diferente y al misterio. Gracias por comentar, Juan V.

    • Preguntarle al poeta el por qué de un color sería preguntarse por qué Becquer eligió una pupila azul en vez de una marrón.
      Decir que determinada música acompaña mal una danza es como decir que Mozart (que por cierto brilló mucho a través de minuetos), era incapaz de acompañar con los siglos a millones de inspirados por sus composiciones: entre ellos los amantes y enamorados.
      Por último recordar que en las cortes francesas, el miué, lo bailaban las damas, con una rosa en la boca y como condición indispensable, utilizar tacones ..
      Ese vos, ese color, esa danza están tan libremente escogidas como están exquisitamente enzarzadas en la inspiración del autor.

      Un abrazo.

  2. Emmanuel cascallares

    Hermoso poema!

  3. Erotismo y sutileza en esta danza-poema interior.

    Muy hermoso. Felicidades.

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