Un sombrero negro del signo.
Veo un sombrero negro
con pluma tan inmensa,
demasiada clásica de la moda elegante.
No veo su cuerpo, el cuerpo se desaparece;
solo veo un sombrero,
solo veo las manos blancuras.
Siento un cuerpo opaco, y
como transparente.
Veo un sombrero negro
sin sentimiento hacia
el buen o el mal humor.
Observo mis manos,
un buen gesto como un loco
y lleno de chiste hacia el mino gracioso,
y lleno de carcajada hacia la actuación demente.
Un buen sombrero del signado.
Sigo buscándola desesperadamente
hacia una hembra tan hermosa y
apasionadamente.
Agitada hacia mis manos,
tanta prisa el deseo para conquistar
un sombrero de la doncella.
Siento su corazón que está latiendo
tan potente y ritmo imperioso.
Se aplasta en su alma,
lleno de lágrimas
como las gotas azuladas y,
llenos de heridas en sus venas.
El rostro se cubre en sus manos
para agitar y aguantar su doliente.
Soportándolo el dolor tan cruel,
y lleno de soledad para sentir
un amor infinito.
Apoya su mano de la hembra
hacia el hombro del sombrero,
voltea lentitud, siente un olor de la doncella,
con sus manos abiertas y asombradas
en el deseo del sombrero de la bella.
Veo una mujer tan hermosa
en una silueta elegante del sombrero,
y llenos florales
que lucen las coronas de
los pétalos de rosa badior,
con su guante rosada tan fina.
Mil besos con el aroma
de sus labios
y sus manos
hacia el rostro
del sombrero negro.
Desnudan sus manos
y sus sombreros
para quererte el silencio
tan armónico y simple.
Lleno de amor cósmico
hacia el ensueño tan lejano.
Lo dejé a la mitad. Pero me impongo la penitencia de terminarlo otro día. Se lo debo al autor, a cambio espero que me excuse de comentarlo.