238- Soñé templos y doradas letrinas. Por J. Pablo Castruccio

Soñé templos y doradas letrinas

 

Sí,
puedo imaginar esos trenes abarrotados
que cruzan trepidantes y obstinados
las variopintas tierras de la India.
Puedo ver a los viejos venerables
y a los niños de ojos invencibles,
a las mujeres cantarinas, soñadoras,
coloreadas como efímeros pájaros
contra el polvo duro y acre
de inabarcables llanuras.
Perduran en mi memoria
las imágenes de un sueño,
fluctuaciones de un templo en la distancia,
destellos de una cúpula dorada,
livianos paseos a la caída de la tarde
bajo el murmullo equívoco del agua,
de trémulos rezos engarzados
en la compleja orfebrería de los siglos.
Lejanas risas de muchachas ebrias
en un miserable barrio de Calcuta,
letrinas alineadas bajo el oro en polvo
de la tarde,
la muerte asomando en el pálido gesto
de un muchacho
que me mira y calla
y parece saberlo todo sobre mí.

 

 

 

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2 comentarios

  1. Muy visuales estos versos. Muy hermoso sueño.

    Felicidades y un abrazo.

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