Isla Yo
Isla Yo es un desgarro en el horizonte marino,
un delirio lleno de cordura,
el octavo pecado capital.
En Isla Yo, las colinas tienen la forma de mis caderas,
los valles, el verde de mis ojos,
los frutos, el rojo de mi lengua,
los volcanes, el fuego de mi sexo,
y las dunas convexas, donde tengo enterrada la lascivia de cien hombres,
son la imagen de mis pechos latiendo al capricho del monzón.
En esta isla, situada al norte de tus miedos,
los árboles no te dejan ver el cielo,
las flores no te dejan ver el suelo,
el día y la noche se imbrican engullendo los relojes,
y la Tierra, que gira en la órbita de mis ojos, se detiene cuando los cierro,
dejando todo de existir en la nada,
aguardando mi voluntad.
Si vienes a Isla Yo no traigas equipaje,
viste el cuerpo con tu piel y desnuda el alma,
porque al pisar la arena de mi playa, mullida y tibia como un vientre,
te hundirás en mí como un remordimiento,
y quedarás atrapado en el arrecife de mis palmeras,
varado bajo un sol infame que seca la razón.
Entonces ya no serás de nadie y te llamaré Mío,
te condenaré a besos largos como agonías,
marcaré tu carne a fuego con el aliento de mi boca,
saciaré tu sed en el charco de mi ombligo,
te retorcerás entre mis piernas como serpiente en el fuego,
y te sepultaré con el resto, entre mis cálidas dunas,
como la madre entierra entre sus pechos el rostro del hijo muerto.
Si vienes a Isla Yo, no podrás irte nunca
Aún así vendrás,
porque manda en ti lo peor e mí,
y te traerá mar adentro hasta donde estoy.
No sé, no puedo explicarte lo que he sentido al leerlo. Quizá no entienda mucho de poesía pero entiendo de sentimiento y me parece precioso tu poema, es fantástico.
Si eres un hombre y ves así a la mujer, me encanta, y si eres una mujer y te sientes así me encanta.
El texto contiene una propuesta original y atrevida, no obstante, da la impresión que le hace falta dejarlo un tiempo en reposo para que la expresión -que aún es muy prosaica- madure y surja -de versiones posteriores- la imagen poética.
La idea tiene peso, y puede llegar a ser un gran poema.
Saludos…
Creo que en este loco mundo todos corremos el peligro de ser o estar en «Isla Yo». Me ha gustado. Suerte.
No es cuestión de juzgar sólo, desdeluego trasmite una idea potente,un nuevo pecado capital: Isla Yo.
Me ha gustado.
Suerte Julián Sorel 🙂
La llamada del poema era tan perentoria que interrumpí su lectura. No puedo, pues, juzgarlo.