Las que
Lo confieso.
Me agradan las mujeres de apuestas fijas
y caricias combinadas.
Las que atacan la piel con el suave roce
de sus dedos de yemas atrevidas o escobamente trabajadas
y sonrientes bocas ásperas de humedad amigablemente conversada.
Las que barren otoños de hojas crocantes y doradas
que terminan en blanco,
sin escritos en ellas. Ni palabras.
Las que dejan huella en los cinco sentidos
sin abrir surcos ni caminos
que lleven -innecesariamente- a un destino conjunto.
Las que eximen de pinturas de labios,
cremas suavizantes, pestañas fingidas y orgasmos postizos.
Las que crean.
Las que crían.
Las que creen.
Las que tienen dudas sobre lo que quieren.
Las minúsculas descalzas que subidas a su vida
crecen MUJER con mayúsculas.
Las que sueñan. Dormidas y despiertas. Las que sueñan.
Las que de sobra saben lo que no quieren.
Las que eligen y evitan que elijan por ellas.
Las que.


Precioso. Me hizo recordar a mi madre en casi todo el poema.
Me ha ido enamorando este poema con el paso de los días y las lecturas.
Me gusta lo que que te «agrada», me agrada cómo lo cuentas y lo haces fluir. Y hasta cómo lo sentencias.
«Las minúsculas descalzas que subidas a su vida
crecen MUJER con mayúsculas».
Enhorabuena. Un abrazo.
Muy bonito. Suerte.