Anna / Colección Planeta Clandestino #185
Primera edición ( julio 2016)
De los poemas ( Gsus Bonilla)
Ilustración ( Anna Bonilla)
Grafismo ( Enrique Cabezón)
Ediciones del 4 de agosto / www.4 deagosto.com
D-L:LR -868-2016
ISBN: 978-84-16536-26-9
Gsús Bonilla (Don Benito, Badajoz, 1971),
ha publicado los poemarios El Forro (Edición de autor, 2007); Ovejas esquiladas, que temblaban de frío (Bartleby Ed, 2010); Menú del día… a día (Baile del Sol, 2011); Mi Padre, el rey (Ed. La Baragaña, 2012); aMoremachine
[POEMAS CLARADEHUEVO] (Ed. Escalera, 2013); Comida para perros (Baile del sol, 2014); la compilación de haikus Gsusitos (Ebookprofeno, 2015); Viga (Ediciones Liliputienses, 2016), y su más reciente poemario, Anna, con Ediciones del 4 de agosto, del cual hablaré.
Al abrir este cuaderno de poesía (de la colección planeta clandestino #185 presentado en Logroño en el festival de poesía «Agosto clandestino» en su duodécima edición) pude comprobar in situ la naturaleza poética de este poemario donde uno se topa con una realidad de nexo común: el desamparo de todos y cada de uno, hechos a imagen y semejanza del amor que podamos dar y recibir.
En la primera página del poemario, Bonilla nos adentra de lleno en esos anhelos universales con un prólogo realizado por él mismo y la misma llaga abarcable a todos los que cohabitamos este tiempo hedonista que nos ha tocado en suerte. Anna comprende una serie de textos del cuaderno de notas del poeta, y poemas, la mayoría inéditos, encabezados por citas de Jorge María Molinero, Chico Ocaña y María García Zambrano en su inicio, y por Bela Ajamdulina, Patrick Suskind y Predac Matvejecid en el interior, y una ilustración de la hija del poeta, Anna, dedicada a su familia, abriendo camino a estos versos.
Adentrarse en Anna es unir eso que damos en llamar «primer mundo» con «el tercero» y la polícroma unificación del color del llanto y sufrimiento en una sola dirección: los sueños, los miedos, las dudas, el abrazo de la naturaleza como aliada en este proceso cósmico de multiplicarnos, y, sobre todas las cosas, integridad personal frente a la interrupción de un sueño; como el mismo poeta denomina en su veraz
Planteamiento.
Fundaremos un árbol
amor
para el animal salvaje
el ave o reptil
para que lo idolatre la tribu
para que el hijo se abrace a él
para el perro
el leñador.
Es en este planteamiento donde subyace la idea del amor universal, no dominativo ni posesivo. Es la naturaleza quien convoca e invoca el proceso de la creación y Anna es una hija de ese decálogo de milagros de la vida y nada ni nadie alterará ese ritmo marcado por ella como indica el poema que lleva por título:
La excursión.
(…) viajamos a través de folletos, enlaces web vídeos y demás.
Pensemos hoy en disfrutar de este paseo como si se tratase de una exposición
el verismo vendrá mañana y nos hará vomitar.
No es ajeno Bonilla al dolor de esa madre, donde a miles de kilómetros consagra ese mundo del cual el «árbol de la vida» germinará en su espacio, en esa casa preparada para la hija donde no faltarán el agua, la luz y la calefacción.
No deja aparte a todas las madres desfavorecidas y hace extensiva la orfandad que prescinde de las comodidades y se asienta en los corazones de todos aquellos que componen el organigrama del ciclo vital donde en última instancia Anna será la protagonista indiscutible de una bella historia que no cede ante el egoísmo o la descarnada realidad de tener un hijo. No pasa indiferente el desgarramiento de todos en algo tan primitivo como es la esencia de ser y estar en un lugar concreto y la sincronía con el «todo absoluto».
Año 2010.
(…) tres, tres, tres: Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, somos como media bestia para decir que en la vida se ha hecho de todo. Y todo es oscuro como una ecografía antigua.
Desconocen todavía que Anna acaba de nacer, mientras continúa la labor de cincelar hogares entre las manos para ella (como cuencos), de saberse testigos de algo perpetuo.
Bonilla sabe cómo hacer del verso vida atestiguada en este su Anna que no deja indiferente, pues es un ancestral cántico de amor a esa su hija nacida más allá de donde alcanzan las cotas de aquellos que no hacen emblema del vuelo del amor emblema.
Concluye el poemario con unos versos que son toda una declaración de intenciones para Anna; del griego Jannah, que significa gracia, piedad, misericordia.
Anna, la despreciada en el paritorio y cuya identidad acogen Bonilla y Mónica a (quien dedica este pequeña joya) como el mejor legado de amor que un padre podrá jamas dejar a un hijo.
Los versos de Bonilla son precisos, y limpios como espadas acuchillando hielo. Versos donde menos es siempre más, cortos y precisos intercalados con prosas poéticas de gran calado como ese epílogo que es una loa a la primavera, como una alegoría de ese nacer y morir del cual todos somos testigos.
Y el amor a la hija, ese amor que no podría expresar mejor que en estas estrofas:
Para Anna y por Anna:
segundo a segundo minuto a minuto
hora tras hora ida tras día
te quiero
te quiero en el sentido de la manecillas del reloj
te quiero de esta manera
por que es una manera sencilla de amar.
No estoy de acuerdo, Bonilla: esta manera tuya de amar es la más complicada pues no entiende de posesiones, que es el principal hándicap para nuestro ego.
Un poemario que conmueve y expande los sentidos hacia otros olores, otros sabores, otros modos de ver la vida y ampliar esos alrededores donde los olvidados son recordados por la generosidad de él, primero padre que acoge el fruto, y este poeta dispuesto a regalarnos su experiencia en este libro que lleva por título Anna: la hija de la nada, relato del polen cuando la nieve ha de borrar tu nombre. Tu historia sangra, y África, sí, eres mi felicidad caldero repleto de peces.
Felicidades por Anna hija, y por Anna versificada como ese sol de agosto donde fuimos testigos de que los sueños interrumpidos a menudo generan realidades más hermosas que el propio sueño.
Un poemario imprescindible para hacernos más sabios. El arte de amar no deja de ser eso, todo un arte, y requiere de un aprendizaje y de maestros como Gsús Bonilla.
El poemario puede adquirse escribiendo un mail a la editorial o a la librería Santos Ochoa de Logroño.
Pilar Gorricho