Carta a la desventura de un perro abandonado. Por Margarita Wanceulen

Me asustan esos ojos, de tan buenos. Con la pregunta inquietante dibujada en el rostro: Por qué, qué hice mal, por qué me abandonaron.

Te encuentro en mi camino casi todos los días. Me das miedo, pareces tan noble, tan joven, tan bueno…    A veces huyo de ti, me asusta la bondad tan absoluta, quizás porque en este mundo de hombres, no encuentra casi nunca el debido acomodo.

Otras, me sigues a mí o a algún otro transeúnte, buscando un amigo, algo de comer, una caricia…   Vuelvo a huir ante tu insistencia, no puedo ayudarte. No puedo reparar tu daño, la vida es compleja. Sin embargo, me duele esa mirada, esa silueta dibujada en la lejanía, buscando remedio a su desventura y me escuecen tus ojos, tan directos, tan llanos.

Nunca sabré qué ocurrió para que tu destino fuera el de los desventurados, pero, la vida es larga, aún pueden suceder algunas cosas y, espero, que quien te abandonó sin misericordia a tu suerte, a tu mala suerte, no goce nunca de la tranquilidad con que descansan los hombres buenos y que, si es posible, le acompañen las mismas sombras de infortunio que te persiguen a ti ahora.

Sería lo justo, si existiera en este mundo algún tipo de justicia.

 

Margarita Wanceulen

2 comentarios:

  1. josé antonio alanis

    Hola Margarita.

    Recién leí hoy domingo 20 Dic por la mañana, «Cara cortada» (en uno de los diarios locales de Tampico, México) y me gustado como escribes, lo cual me llevó a buscar mas de ti y me he encontrado con «Carta a la desventura de un perro abandonado» tremendo relato.

    Un abrazo.

    • margaritawanceulen

      Hola José Antonio. Muchas gracias por tu comentario, que acabo de descubrir hoy, por cierto. Sorprendida porque mi relato » Cara cortada» haya llegado tan lejos…Saludos cordiales y gracias de nuevo.

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