La higuera.Por Juan A Galisteo Luque

De tu sueño solemne y callado,

te despiertas aquí en la pradera,

a través de los campos de flores,

en los huertos y allá en la ribera.

Extendida, tus brazos deformes

van ganando terreno a la tierra,

con tus hojas de verde rugoso

y tu estampa sencilla y serena.

Eres árbol, al que solo escucho,

cuando siento gemir de la sierra,

ese viento del Norte, furioso,

con sus fauces terribles de niebla.

Y es entonces cuando tú, te encoges;

es entonces que siento más pena,

cuando el aire me dice al oído,

que eres noble, eres fiel y eres buena.

A la vista pareces mendiga;

a los ojos pareces doncella,

porque nunca te vistes de novia

al comienzo de la Primavera.

Dicen todos al verte, ¡qué extraño!

¿como puede una planta tan recia,

dar un fruto tan dulce y sabroso,

y una sombra tan plácida y plena?

Pero tú, tan callada y humilde,

no eres seca, ni altiva, ni fea;

eres canto de amor primoroso,

como grande tu entrega y belleza.

Es por eso, que así te recuerdo,

y he querido dejarte un poema,

a la vez que degusto tus frutos,

mi apreciada y dulcísima higuera.

——-

Juan A Galisteo Luque

Del poemario: Versos de luz y sombras
Derechos registrados.
Blog del autor

2 comentarios:

  1. Al margen de mis preferencia personales por este fruto, son los versos más bellos que he leído hacia un árbol. Recuerdo también el que dedicaste al olivo. Lo más maravilloso de todo, Juan, es que captas la esencia de cada uno de forma profunda y verdaderamente sublime. Es admirable. Me recordaste una frase de Maquiavelo que me parece muy sabia: «Todos ven lo que aparentas, pero nadie ‘ve’ lo que eres»; eso le pasa a la recia Higuera de tan dulces frutos.

    Solemne y dulce, poeta 🙂

    • Hola chavalota:

      Dejando aparte esos errores, fallos y tropiezos que todos tenemos por el simple hecho de ser seres humanos, la dulzura y la belleza interior siempre fueron frutos que crecieron sin flores, sin notoriedad y desde la sencillez, tal vez de la humildad; virtudes que siempre ayudaron a elegir y que siguen aún presentes en la madre naturaleza.

      Agradezco tu amable y comparativo comentario. Te envío un abrazo grande amiga.

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