Cuando llega agosto con él se hacen presentes la canícula y las tardes somnolientas de verano con aquellas inevitables golosas de las que habló el maestro Machado llegando a esta ciudad llamada Logroño (que a menudo se nos antoja provinciana de aquella Castilla la Vieja por ser todavía del tamaño indicado para que todas las personas «nos suenen de algo»), y el festival de poesía llamado «Agosto clandestino» con el auspicio del sello editorial Ediciones del 4 de agosto.
Que un festival de poesía de esas características fecunde más de mes y medio, justo en mitad de las vacaciones, con los niños en casa, con las piscinas a flor de piel, con esas meriendas que justamente a las ocho cuando están programados los actos en el Instituto Riojano de la Juventud tienen su punto álgido; que un festival durante todos los actos complete el aforo tanto de Irj como de la librería Santos Ochoa e incluso mucha gente tenga que estar de pie en él solo se consigue con la dedicación y buen hacer que durante años los colaboradores de esta editorial de sello independiente desarrollan. Son muchos años de poner esa dedicación encima de la mesa (12 años ya), de traer a grandes poetas del panorama nacional como en el caso de este año ha sucedido con el gran Gsus Bonilla, un poeta extremeño que nos presentó su mundo y esa cicatriz ya semicurada del nido vacío, al que su hija Anna que da título al poemario dedica sus páginas. Bonilla y esa timidez que oculta con su fuerza. Acompañado por el poeta Raúl Quinto, un poeta de garra que siempre recordaré desde ese día como alguien dispuesto a dejarse la piel por aquello que ama, y se percibía su tremendo amor a la poesía en cada uno de sus recitados. O como Julieta Valero con su elegante presencia y su más que gloriosa poesía al lado de Agustín Calvo Galán, gran poeta y persona, que ofrecieron aquella tarde de lunes festivo todo un alarde poético y sensorial de fuerza y belleza aunadas.
Nuestros queridos poetas locales Esther Novalgos Laso y Luis Miguel Oraá nos pusieron la piel de gallina en otra tarde de julio coronada por la amistad, los versos, la sabiduría innata que confiere toda una vida dedicada a la cultura en esta ciudad (en el caso de Esther Novalgos y esa mezcolanza entre lo vivido y la facilidad para emocionarnos con sus poemas); y la frescura del poeta de casta y garra como es Luis Miguel Oraá, quien sin duda en este su primer trabajo dejó bien claro que ni mucho menos será el último.
Mi compañero de versos el día 4de agosto, José Daniel Espejo, llegado de tierras de donde se fue como el rayo don Ramón Sijé, fue para mi una revelación poética y personal por el trato cordial y su simpatía. Siempre cuando conocemos a alguien lo miramos como si no fuese la primera vez, para intentar adentrarnos en su mundo. Yo he sabido de las luchas que esconde su fina ironía, y me dio una lección que nunca olvidaré, que no es otra que la de seguir y perdurar con el ahínco del nuevo renacer, y voy amigo, voy, como tú recomiendas en esa joya llamada «Id».
Tuve ocasión de saludar por la noche del día 4 de agosto a mis queridas poetas Inma Pelegrín y Katy Parra Carrillo y darles ese beso que muy a menudo la vida nos debe. Grandes poetas y personas que el día 5 de agosto abarrotaron la sala del IRJ de nuevo junto al periodista y laureado escritor que se decanta por la poesía, José María Gómez Valero.
Me gusta imaginar cuando entro a las citas poéticas en IRJ que ese sol que llevamos prendido en la carne como si el veranos nos tatuase es lo que nos mueve a todos a querer ahondar algo más dentro de nosotros mismos y ese reencuentro sutil entre la vida y la poesía se nos muestra como un mundo a medio hacer. Ese sol que deja marca en las piernas y las espaldas de aquellos coronados con el fiero sortilegio de la intemperie. No imagino este festival en enero con gorras y bufandas, y no me preguntéis por qué.
Y mientras cierro los ojos para escuchar los poemas, observo como todos somos algo más sabios por un instante; ese breve instante donde la vida parece decirnos: poned las ganas que yo pondré todo lo demás.
Marcus Versus, Carlos Salem, Escandar Algeet, Elena Medel, en la primera tarde en Santos Ochoa, con la antología Contra el silencio.
Y Carlos Salem, ese grande incendiando más si cabe ese calor de aquella tarde donde nos presentó su modo de vida y habló de la derrota (o de aquello que el sistema denomina derrota) con naturalidad en maravillosos versos.
La sensibilidad de Isabel García Hualde a la que tuve el placer de conocer en el foro Santos Ochoa no deja a nadie indiferente con su preocupación por los más desfavorecidos que se traduce en versos de gran carga poética y emocional, quien junto a nuestro Julen Gossip, quien goza de muchos apelativos pero es hombre de una sola palabra, poeta, nos dio las claves de una visión profunda del ser.
Sábado 6 de agosto, donde todo el mundo se supone estáen el campo o piscina y el foro Santos Ochoa se nos abarrota con la ya más que nuestra Rita Turza y esos poemas febriles y que cuadran a la perfección con su manera de ser locuaz, abierta y extraordinaria. Acompañada por Joaio Do Santos, a quien tuve el placer de poder escuchar en el Ateneo Riojano en la presentación de su poemario que son todo sentidos en una sola dirección. Hacernos crecer al asombro del cuerpo como materia.
Janina Sfectu, nuestra Janina con su exquisito Algodón de azúcar y jazz invitándonos a viajar en esta gran feria visual y sensitiva que es la vida junto a Iosu Moracho Cortés, ese poeta que escribe en sus ojos el poema de paz más bello del mundo, y en sus poemas lo corrobora.
Pablo Muller, a quien tuve la suerte de volver a abrazar desde aquellas «voces del extremo» con toda su carga de experiencia en el género, sus recuerdos hechos las más extraordinarias armas «contra el miedo» junto a la frescura de la poeta venida desde Bilbao también, Amaia Barrera, a quien conocí en ese día con toda su juventud a cuestas, pero que sabe muy bien qué es la poesía y cómo llegar al corazón.
Rocío Arana con su poesía arrasadora y bella, y ese candor que es cielo a mediodía. Patricia de Benito, nuestra paisana con su primero de poeta que ya va ¿por? Creo está más que graduada en poesía. Junto a nuestro también paisano José Luis Pérez Pastor, quien ya conoce y sabe muy bien de este festival y de la cultura en esta nuestra comunidad, y que además esgrime versos contundentes y de gran calado.
Para terminar esta gira veraniega con Estrellas fugaces, una editorial independiente que narró su experiencia cooperativa.
Las citas en la filmoteca Rafael Azcona, recitales en Logroño al anochecer y en Rincón de Soto, actividades infantiles, homenajes a Miguel de Cervantes y Shakespeare, feria del libro de poesía. ¿Qué más se puede pedir? Tan solo nuestra presencia.
Personalmente no conozco otro lugar de esta nuestra geografía donde se espere a los asistentes a un recital con los poemarios que se leerán en la mano y se repartan para que la cultura no sea propiedad privada de una élite a la que solo tienen acceso los más favorecidos.
Este simple gesto hace ya que el publico sea el verdadero protagonista, de que «esos que nos damos en llamar poetas» (y lo digo por mí) y que aquello que queramos transmitir les llegue mejor al poder ir leyendo a la par que escuchan.
Todo un verano que se nos ha ido con la sensación de que tras el «agosto clandestino» regresamos más un poco a la rutina de ese día a día que corona nuestras horas. A las batas de colegio, a los mocasines y las calles circundadas por adolescentes que dan por finalizado su periplo por esta máquina de sueños del estío.
Ese estío que nos deja el sabor de un paseo por la vida de todos y cada uno de los que conforman este gran mundo de estrofas y metáforas.
Agosto, tan canalla en ocasiones (personalmente agosto me debía una explicación), y este año me ha dado una respuesta contundente. Aprende y aprende, lucha y persigue y que en todo ello no nos falte nunca jamás este regalo de la vida, como es que por momentos pensemos que traemos el sol en la piel y nuestro asiento es una sala de máquinas que nos permitirá hacernos poesía.
Muchas gracias a todos los que hacéis posible que el sueño no sea privilegio de unos pocos y la lectura llegue a todo el mundo con esos preciosos cuadernos que son como mapas del gran tesoro que en cada casa dejáis como una pista de por dónde continuar buscando un bálsamo para las heridas de la vida.
Gracias, Enrique Cabezón y todo el equipo, por permitirme formar parte de este agosto con mi Via Lucis, que se me ha antojado más benevolente y aleccionador, y espero y deseo que ese camino de la luz emprendido continué con esta sensación de grito en la garganta, y de silencio en el alma, que me permite afirmar que Logroño en verano es una gran capital donde los sueños son posibles y existe, por supuesto que existe.
E infinitas gracias a todos aquellos que me han acompañado en este mi Via Lucis.
Pilar Gorricho
