“Este gordo ocupa mucho lugar” dijo mientras se enjugaba las lágrimas. Lo intentó de mil maneras pero el zapato apretaba demasiado. Así pues, su último recurso no fue otro que frotar la lámpara. Tras una aparición estelar, el fornido genio examinó el pie de la jovencita y el ingente tamaño de su dedo. “Habrá que hacerlo desaparecer… ” Cenicienta asintió entre lamentos, convencida de que el Hada no hubiese sido tan drástica, aunque a un Genio tan atractivo se le podía perdonar todo. Acto seguido, el perspicaz genio volatilizó al príncipe e invitó a cenar a Cenicienta. “Esto te pasa por equivocarte de cuento”.
Ana Mª Álvarez © 2011
Blog de la autora
Te invito a que entres al blog que creé https://alaikabloc.blogspot.com/, donde pienso publicar cuentos de diferentes géneros, algo locos… Te espero por allá. Saludos!