Estoy en casa, de regreso del cementerio, no quise que nadie estuviera en tu sepelio, ni siquiera el Lic. Ruiz, que es el que lleva todos tus asuntos, nuestros asuntos. Solamente le pedí se ocupara de hacer los arreglos para el sepelio.
No quise que nadie estuviera presente porque tú fuiste mía, únicamente mía, no conocí nunca a ninguna otra mujer, no necesité hacerlo, en ti encontré todo lo que un hombre busca en una mujer: ternura, calor, pasión, comprensión. Era yo casi un niño cuando tú me hiciste hombre, cuando me enseñaste todos los secretos del amor, porque lo nuestro no sólo fue pasión, también fue amor, ¿verdad?
¿Qué voy a hacer ahora que me he quedado totalmente solo? ¿Por qué te fuiste, por qué me abandonaste? Mis noches no volverán a ser lo que fueron. Que frío me va a parecer nuestro lecho, lo estoy viendo y pienso que no me atreveré a dormir en él. Voy a extrañar el que me dijeras al oído que tú eras mi puta, mi gran puta.
Tomo en mis manos tus prendas íntimas y las acaricio, luego me las llevo a los labios y las beso con amor, con ternura, quisiera que dentro de ellas todavía estuviera tu carne, tu perfume, tu sabor, tu pasión, esa pasión que decías que tan sólo era para mí. Esta noche me pondré algunas de ellas para dormir, como a ti te gustaba que lo hiciera.
– Pronto volveré y junto a ti estaré. Solamente es un tiempo el que voy a estar lejos de ti. – No lo creo, no puedo creerlo, te has ido y estoy solo, muy solo, mira cómo lloro, igual que lloré ante tu tumba y no he dejado de llorar de regreso a casa.
La casa, nuestra casa, es tan grande, tú y yo siempre pensamos que era muy grande, pero que pequeña era para que en ella expresáramos nuestro amor. Cada habitación, el patio y hasta el enorme jardín fueron testigos de nuestro amor, de nuestra pasión, pasión que se manifestaba en cualquier momento y en cualquiera de esos lugares, si hasta llegamos a hacer el amor encima de donde enterramos a “la bestia”, que debía estarse retorciéndose en el infierno, a donde lo mandaste.
Sí, una casa enorme, pero era para que la viviéramos nosotros dos. Recuerdas cuando visitábamos las habitaciones superiores, que ya no ocupábamos, para que en ellas nos escondiéramos, el que primero encontraba al otro, tomaba la iniciativa en el amor. Ahora que te has ido, me parece enorme, me siento como un insecto dentro de ella.
¿Cómo voy a sobrevivir sin ti, cómo van a sobrevivir nuestros gatos, ellos también están tristes, se acercan a mí, ronronean en mis oídos y parece que eres tú la que en ellos me llamas “mi amor”, “mi niño lindo”.
Madre… mamita… qué voy a hacer sin ti… Que va a ser de tu hijo adorado, de tu amorcito…
Hola Encadenados
Gracias por comentar mi con k de kilo
Respecto a tu relato, decir que me ha encantado sobre todo el futuro
ay, que se me ha publicado antes,
me ha encantado el final imprevisible, el vilo de la historia y esa necesidad de una lectura que hacen que los relatos intensifiquen el ocntenido
Hola de nuevo, Jorge, (es que acabo de contestarte a tu segundo comentario sobre mi cuento, en aquel espacio). Quería decirte, respecto al tuyo (no me gusta el pseudónimo de encadenados pero me ha traído hasta tu obra. Jorge en cambio es precioso) que ahora entiendo lo que me decías del final previsible.¡Esto es una bomba! Yo sí lo pillé a la primera pero tuve que leerlo un par de veces para digerirlo. Me parece asombroso y valiente. En fin, suscribo íntegramente muchos de los comentarios anteriores, por elegir, los de libélula y k, por ejemplo. Saludos, y espero que cuando leas esto haya terminado ya tu casi cuarentena.
Hola Encadenados, he vuelto por aquí atraido por algunos comentarios y he visto que me habías dejado una pregunta y paso a contestarte.
No concurso, pero soy fiel lector de todo lo que aquí se escribe y aprovecho para decir que es uno de los certámenes que estoy disfrutando más, por variedad de temas, de enfoques, te técnicas y la calidad general.
Me temo que no llegaré a comentarlos todos así que aprovecho para agradeceros estos momentos que cada noche paso disfrutando vuestras historias.
Saludos literarios:)
ENRIQUE: ES UNA LÁSTIMA QUE NO ESTÉS PARTICIPANDO EN ESTE CONCURSO, OJALÁ Y MÁS ADELANTE PUEDAS HACERLO, TUS COMENTARIOS SON MUY LÚCIDOS E IMPORTANTES PARA LOS QUE ESTAMOS AQUÍ. ESPERO QUE PUEDAS LEER LA MAYORÍA DE LAS PARTICIPACIONES, HAY MUCHAS QUE TIENEN MUY POCOS COMENTARIOS, PERO QUE SON EXCELENTES.
UN ABRAZO
Esperaba el final sorprendente, pero no tanto.
Al principio es algo repetitivo, pero se puede disculpar pensando que el que habla es muy joven.
Suerte.
Azrael: efectivemente, el personaje es muy joven. te agradezco tu comentario
Estimado desconocido: muchas gracias por tus palabras y tus buenos deseos. Hubiera sido genial poder encontrarnos y charlar sobre nuestros opiniones sobre los relatos (vaya paliza que te has pegado). Al final yo también puse un comentario (y un voto, aunque eso nunca lo mencioné) a cada uno porque creo que el simple hecho de dedicar tiempo a escribir y ponerlo a disposición de los demás es un acto de generosidad que no debe ni puede pasar desapercibido. Un abrazo, amigo.
Hola, Encadenados. En efecto, soy mexicano. Gracias por todo lo que dices. Va un gran abrazo. (Me llamó la atención que tanto tu cuento como el mío comiencen en un cementerio.)
Hola Encadenados, la verdad, me ha gustado mucho tu relato, es un final que no esperas, y en mi modesta opinión es lo que lo hace más grande. He leído el comentario que me dejaste, sí, me hubiera gustado que gente ajena a mi entorno como Hoscar Wild opinara sobre mi escrito, sin embargo, no puedo estar más satisfecha porque es mi gente la que me ha leído, la gente que me quiere y creo que es todo un orgullo, al menos para mí que soy consciente de mis posibilidades y de mis aspiraciones que en este sentido no son muchas. Nunca seré una gran o una célebre escritora, simplemente me gusta escribir y plasmar mis ideas a veces algo ambiguas, nada más, por eso he de decirte una vez más que para mí es todo un honor que mi gente haya apostado por mí.