Como cada año, queremos dejar claro que la descalificación no es imputable ni al relato ni al concursante, de hecho, siguen optando, normalmente, a los tres premios principales que otorga el jurado.
Advertimos en la convocatoria de este premio, que todas las votaciones se controlan en muchos aspectos y que se anularán las votaciones o descalificarán los relatos cuyas votaciones incumplan las mínimas normas de seriedad y respeto. Internet es un mundo complejo, pero también tiene formas de control, cada vez más eficientes y que desde hace años hemos dejado claro que no se desvelarán en ningún caso.
Se ha advertido hasta la saciedad que son los votantes quienes deben votar con honestidad y con conocimiento. Como se especifica en la página web, seguimos criterios técnicos, avalados por la experiencia de muchos años, no entramos, a valorar la moralidad ni las intenciones.
También se advierte en la página de información que los comentarios son moderados y es evidente que queda a juicio del administrador aceptarlos o no.
Cuando alguien concursa, ya sabe en que medio está, debe conocer y leer con atención las normas y ser consciente a lo que se expone, comentarios y votaciones incluidos.
También queremos dejar claro que no admitirán presiones ni tampoco que se utilicen los medios que ponemos a disposición de todos los participantes para concursar, comentar, o publicar gratuitamente con el fin de insidiar y tratar de subvertir el normal desarrollo de este certamen.
Visto que cada año se repiten las mismas situaciones, la Asociación Canal Literatura está valorando anular la votación del público como ya se hizo en la convocatoria del del II Certamen “Poemas sin Rostro” y tomar las medidas oportunas que correspondan en cada caso particular.
Es cierto que quien más amigos tiene y a más amigos convence para que le den al botón, es el que se lleva el premio del público.
Estoy de acuerdo en que deberían anularlo
Porque pone «para votar pulse al botón» lo que no quiere decir que se lea antes el relato ni se valore la calidad, ni se comprenda, ni se tome la molestia de saber de qué va.