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Página destinada al 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, relatos, ganadores, entrevistas, noticias, finalistas, crónicas, literatura,premios.

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29- Waterloo Punto 1815. Por Lovecraft

En la suite 612 de La Belle Alliance, un dubitativo Napoleón Bonaparte tamborileaba con los dedos sobre el touchpad de su portátil de última generación. El parpadeo del cursor en el último campo del formulario ejercía sobre el general un efecto casi hipnótico:

«Introduce tu contraseña».

            Aquella solicitud era una clara invitación a finalizar su registro. Tras unos minutos de indecisión, se le iluminó el semblante y tecleó nervioso la palabra de paso escogida. La elección se le antojó una ocurrencia muy atinada, dado el inminente acontecimiento histórico del que sería principal protagonista:

«Waterloo.1815».

           El emperador francés pulsó sobre el botón «Regístrate» y omitió con prisas las primeras pantallas de opciones, que le parecieron superfluas, hasta llegar a la ventana inicial, donde recibió el saludo estándar para los nuevos usuarios:

«Bienvenido a SocialNet, Napo_Bonaparte. ¿Qué estás pensando?».

            Para inaugurar la cuenta recién creada, eligió como primer estado una sentencia que llevaba tiempo madurando:

«Il y a des empires, des royaumes, le monde entier ou rien de rien entre un batalle gagnée et un bataille perdue».

            El Mariscal Ney, al que gustaba alardear de sus conocimientos informáticos («nivel de usuario avanzado», informaba con petulancia a sus interlocutores), convenció al emperador de la utilidad estratégica de este tipo de herramientas. Siguiendo sus indicaciones, Bonaparte localizó la sección «Personas que quizá conozcas» y se aplicó a enviar solicitudes de amistad a todos los usuarios que figuraban en el interminable listado. Allí aparecían, junto a cientos de desconocidos, el propio Michel Ney y su conmilitón el mariscal Emmanuel de Grouchy, Antoine Drouot, el general Maurice Étienne, É. A. C. J. Mortier, Dominique Vandamme, el también general Georges Mounton (a la sazón conde de Lobau) y hasta el mismísimo Fabrizio del Dongo junto al miserable sargento Thenardier. Napoleón no hizo distinciones entre unos y otros, sino que se dedicó con frenesí a activar el enlace «Añadir a mis amigos» hasta que agotó una onomástica que parecía interminable.

            Su actividad era tan absorbente que al principio no se percató del cambio, pero enseguida advirtió que, a la izquierda de la pantalla, bajo el epígrafe «Amigos», el número de estos iba aumentando de forma imparable. Media hora más tarde, no menos de 120.000 prosélitos habían aceptado su solicitud de amistad, entre generales, oficiales de diferente rango, cazadores, pontoneros, dragones, granaderos, húsares, artilleros, voltigeurs y miembros dela Vieja Guardia Imperial (muchos de ellos galardonados por él mismo, en anteriores campañas, con la Legión de Honor).

            Napoleón decidió que ese era el momento de compartir el primer comentario en su muro. Una encendida arenga a todos sus seguidores sería el mejor acicate para enfrentarse con honor y fiera determinación a los ejércitos que la Séptima Coaliciónhabía reunido para rechazar a lArmée du Nord:

«Napo_Bonaparte. Amados hijos de la Francia eterna: puede que los enemigos nos superen en número, pero os aseguro que aun así tenemos noventa probabilidades sobre cien a nuestro favor. Ese petimetre inglés ha jugado ya su suerte y el resultado está a nuestro favor. Él es un mal comandante, sus tropas son unas malas tropas y derrotarlas será tan fácil como degustar una ración de chocolate con churros madrileños».

             El discurso consiguió enseguida su efecto alentador. La primera señal sólo fue un tímido «A Jean-Baptiste Drouet le gusta esto», pero dos minutos más tarde, tras actualizar la página, a éste se le habían unido el general conde Édouard J. B. Milhaud con el Cuarto Cuerpo de Caballería, Jerónimo Bonaparte comandando una división del Cuerpo de Reille, los veteranos de Quiot al completo y 85.000 personas más. Una adhesión tan cuantiosa levantó sobremanera el ánimo del emperador.

              Hacía tiempo que El Comandante en Jefe de las Tropas Revolucionarias fingía padecer una úlcera gástrica que le obligaba a mantener su mano derecha oculta sobre el vientre, con el objeto de mitigar los supuestos dolores que aquella patología le provocaba. En realidad, esta falsa dolencia no era más que un subterfugio para disimular, escondido en el hueco del puño, un pendrive donde almacenaba numerosa información de interés táctico junto a bastante otra de carácter personal. Napoleón insertó el aparatito en el primer puerto USB libre y comenzó a subir fotos a un álbum recién creado, con intenciones claramente propagandísticas.

             El primer upload fue una de sus imágenes predilectas, captada por el fotógrafo de cámara, Jacques-Louis David. Se trataba de un retrato ecuestre donde El Salvador de la República y de la Patria aparecía cruzando el paso alpino de Saint-Bernard (en su versión de Belvedere, que como todo entendido sabía era la única que nunca precisó de retoque digital alguno).

             Siguieron a aquella varios cientos de «jotapegés» donde fue etiquetando con meticulosidad a todos sus adeptos. Pero no fue del todo sincero. Bajo la foto que Meissonier le tomara años atrás junto a su alto mando tras la derrota en la batalla de Laon, incluyó un comentario engañoso que rezaba: «De vuelta a París, victoriosos, después de darles lo suyo a esos “guiris” de patillas largas y piel encarnada». Y en otra de las muchas instantáneas en las que el afamado Appiani plasmó al otrora general de brigada, primer cónsul y rey de Italia, Napoléon manipuló el siguiente comentario: «Apoteosis de Bonaparte. Celebrando la aplastante victoria en Waterloo con una monumental “fiestuki”. ¡Vive l’Empereur!».

              Lo siguiente fue convocar unos cuantos eventos falsos con los que pretendía dirigir los movimientos de sus tropas y confundir al mismo tiempo a los mandos enemigos:

«Napo_Bonaparte te invita a un “macrobotellón” en las aldeas de Quatre Bras y Ligny el próximo 16 de junio a eso de las 13:00 a.m. Habrá armagnac y Saint-Nectaire a tutti pleni (más de lo primero que de lo segundo)».

             Ignorantes pero animados por las falsas expectativas, las alas derecha e izquierda del ejército francés avanzaron hacia los objetivos señalados, convencidos de que aquella marcha se convertiría en un paseo militar. El amanecer del día 17, sin embargo, sorprendió al estratega con un puñado de desalentadoras notificaciones:

«Ney_Miguelón. Mierda de party. Ni coñac ni la madre que lo parió. Un puñado de hooligans británicos ocupaban ya la arena de la “celebreision”. Nos aplicamos a conciencia para desalojar el escenario. Inteligencia asegura que trasladan su fiesta a otra explanada, entre el castillo de Hougoumont y los huertos dela Haye Sainte».

«Manu_Grouchy. Ligny es una madriguera de bárbaros del norte. ¡Qué fuerte me parece! Huyen como cobardes pero amenazan con volver más borrachos todavía».

              Al emperador no le desalentó este momentáneo fracaso. Evaluó con rapidez la situación y convocó un nuevo evento que, a su juicio, habría de ser decisivo. Mientras el mariscal de Grouchy terminaba de despachar a los prusianos puestos en fuga, él concentraría al resto del ejército con todas sus reservas en la vertiente meridional del Mount Sant-Jean, donde esperaba aniquilar a los regimientos aliados:

«Napo_Bonaparte. Gran fiesta definitiva y fin de temporada en las verdes campiñas al sur de Waterloo. Se garantiza diversión sin límites (y copioso botín) hasta altas horas de la madrugada».

              Aquella noche la pasó en vela, pendiente de la pantalla del ordenador. Intranquilo ante la ausencia de noticias, no fue hasta bien avanzado el mediodía del 18 de junio cuando sus peores sospechas empezaron a confirmarse. Un aluvión de comentarios le demostró que las cosas por fin no resultaron como había planeado:

«Conde_D_Erlon. Desastre total. Un gentlemen inglés galopando en uniforme de paisano nos ha corrido a gorrazos blandiendo un paraguas mugriento».

«Pierre Cambronne. ¡Merde!… La Garde meurt, elle ne se rend pas!».

«SocialNet. Lo sentimos. Todas la fotos de su álbum han sido denunciadas por Mariscal_de_Campo_von_Blücher y 117.000 prusianos más».

               Napoleón comprobó horrorizado como su contador de amigos disminuía de forma vertiginosa. El primero en desertar fue el general de división Bourmont, lo que no le cogió de sorpresa, pero en poco menos de dos minutos el total de sus partidarios se había reducido a tan solo cuatro incondicionales.

Una burbuja amarilla de advertencia saltó en el área de notificación anunciando que acababa de recibir un nuevo correo electrónico:

«El departamento de soporte de SocialNet ha recopilado numerosas evidencias de que Ud. está vulnerando las normas de uso de este servicio.Por motivos de seguridad, su cuenta será auditada por nuestros técnicos.Si desea continuar utilizándola, por favor,póngase en contacto con el administrador».

              Napoleón comenzó a mesarse la barba de cuatro días en un gesto de resignada desesperación, mientras valoraba la conveniencia de responder a este último mensaje. Las elucubraciones del que fuera Gran Tribuno del Poder Popular se vieron interrumpidas por otro bip del altavoz. Esta vez fueron dos los avisos recibidos al mismo tiempo:

«Tienes un mensaje privado».

«Has recibido una invitación a un evento».

              El privado, cuyo autor se identificaba bajo un sospechoso seudónimo, resultaba bastante explícito:

«Joseph Bottle. Enterados de lo tuyo en esos infectos barrizales de la Bélgica valona. Julie y yo estamos pensando cambiar de aires durante una temporada. Saltaremos al otro lado del charco. Nos recomiendan una larga estancia en un precioso pueblo del condado de Laurens, allá en Carolina del Sur. Waterloo creo que se llama. ¿Quieres que te saquemos un pasaje, brother?».

            La lectura del mensaje terminó por exasperarle. Nunca había confiado en las habilidades políticas de su hermano mayor, pero aquella decisión precipitada le pareció una traición en toda regla. La decepción le obligó a cambiar su estado en SocialNet por una frase lapidaria:

«El talento no es hereditario».

            Al fondo, hacía rato que la radio de galena repetía machaconamente el estribillo de un popular tema musical con el que, varios años atrás, un desconocido conjunto musical sueco ganó un reputado festival de canción pop europea:

«Waterloo, I was defeated, you won the war…

Waterloo, finally facing my Waterloo».

            El advenedizo de Ajaccio se precipitó sobre el portátil para consultar el contenido del segundo mensaje:

«Duke_Wellington te invita a un evento. Disfruta de unas vacaciones pagadas en Saint Helena Warrior’s Rest, un lujoso resort en una paradisíaca isla del Atlántico Sur. Loyal and Unshakeable!!! Participar. Tal vez asista. Rechazar».

            Su mano, crispada sobre el ratón, inició un movimiento nervioso de vaivén entre las tres opciones disponibles. Una gota de sudor que resbaló desde su sien derecha hacia la barbilla terminó precipitándose sobre el dispositivo señalador. El estímulo activó algún tipo de resorte oculto y el corso derrotado hizo clic sobre la primera de las alternativas. Se retiró de un salto hacia el centro de la habitación, sujetó la cabeza entre sus manos y comenzó a girar como un perturbado, buscando algún objeto sobre el que descargar toda aquella ira acumulada. Todavía confuso, se acercó hacia la radio, que seguía emitiendo la misma melodía:

«My my

At Waterloo Napoleon did surrender

Oh yeah».

            De un puntapié destrozó el aparato, cuyos restos quedaron esparcidos sobre la moqueta de la estancia. Enel escritorio le esperaba la factura de la hostería con el importe de los servicios recibidos. Bonaparte cogió su pluma y rubricó: «Francia, el ejército, Josefina». Después de soltar la estilográfica, se desplomó con violencia encima de la chaise longe. Su puño, oculto bajo la guerrera, apretaba con fuerza el pendrive que, ahora sí, le dolía cada vez con más insistencia.

242 Comentarios a “29- Waterloo Punto 1815. Por Lovecraft”

  1. BOA dice:

    Siempre se agradece la suerte ( la buena ).
    Gracias, igualmente.

  2. Lovecraft dice:

    Gracias de nuevo a Abuelo, Avril y Ganímedes (esos globos!!!).

    Edgar Alan Becquer: ni te imaginas como agradezco tus correcciones. Gracias a ellas podré mejorar un pelín más el texto. Este es el tipo de críticas y correcciones que siempre espero para mis relatos. No entiendo, pues, como alguien puede molestarse porque yo haya hecho lo mismo en los suyos.

    Gracias de nuevo a todos

  3. Edgar Alan Bécquer dice:

    Estimado colega Lovecraft:

    Gracias por tu mensaje. Es verdad que podía haberte escrito ayer junto a mi comentario donde estaban los errores en francés. No sé por qué no lo hice. A veces se me va la «tête». Bueno, lo hago ahora:
    En la primera cita que escribes en francés «Il y a des empires….ou rien de rien entre un batalle gagnée et un bataille perdue». El artículo indefinido «un» está en masculino y es femenino «une», y la palabra «batalle» se escribe «bataille», sería «une bataille gagnée et une bataille perdue» -la segunda vez está escrita correctamente-.
    Y en la penúltima línea donde dice «….se desplomó con violencia encima de la chaise longe», es «chaise longue», literalmente «silla larga», aunque en español se traduce por «tumbona».
    Aunque las frases estén escritas en páginas francesas a veces te puedes llevar alguna sorpresa en lo que a ortografía se refiere. Te lo digo por experiencia.
    Pero como diríamos en francés: «Ce n´est pas grave» -No pasa nada-.
    Me alegro que estés recibiendo muchos votos. Te lo mereces.
    Ha sido un placer comunicarme de nuevo contigo.
    «À la prochaine».
    Un abrazo.

  4. Avril dice:

    Gracia Lovecraft, por desearme suerte. Yo también te la deseo.
    Lástima que no se pueda votar dos veces al mismo relato, si no, lo haría.
    Saludos, que eso si que se puede.

  5. Abuelo dice:

    Te deseo lo mismo, colega. Aunque si es por comentarios, entre tú y Sisino no habéis dejado nada para los pobres.
    «Los últimos serán los primeros», (dice el Señor). Pues, menos mal.
    Un abrazo.

  6. Ganímedes dice:

    Pronto empezarán a llegarte, desde mi satélite, globos llenos de suerte. Uno cada día que queda hasta la publicación de los finalistas.

    Un placer haber coincidido contigo.

  7. Lovecraft dice:

    Estimado Edgar Alan Bécquer:

    Muchas gracias por dedicarle estos minutos a mi relato y también por tus elogiosos comentarios. Agradezco enormemente tú crítica. Siempre es bueno que alguien nos muestre nuestros errores (para eso hacemos públicas nuestras creaciones). El francés no es mi segundo idioma, así que la mayoría de las frases en esta lengua que uso en mi texto las extraje de páginas francesas de internet que contenían información sobre la vida de Bonaparte; dí por supuesto que estaban correctamente escritas. En fin, culpa mía. Como dicen los periodistas, debí contrastar la información.

    Te doy de nuevo las gracias por tu aclaración, pero te las daría el doble si me señalases cuales son los errores que he cometido.

    Un abrazo

  8. Edgar Alan Bécquer dice:

    Cher ami Lovecraft,
    Je me permets de commencer ces lignes dans la langue de Napoleon.
    No he podido evitar empezar este comentario en francés. Da la casualidad de que por diversos motivos éste es mi segundo idioma, después del español, y la verdad es que es un idioma precioso, lleno de sutilezas y cuya pronunciación permite realizar una gran cantidad de juegos de palabras. C´est magnifique!
    He encontrado tu relato interesante y sobre todo muy original. No es nada fácil trasladar hechos históricos pasados al contexto actual y narrarlos como tu lo has hecho.
    Enhorabuena. Yo definiría tu relato como «una historia de ficción histórica», si me permites este juego de palabras, que también los tenemos en español, aunque muy diferentes a los que se pueden construir en francés.
    Para terminar solo una pequeña crítica constructiva: una vez acabado y antes de enviarlo, deberías haber dejado leer tu relato a alguien con un buen nivel de francés que hubiera podido corregir diversas faltas de ortografía que aparecen en él. Seulement ça.
    Bonne chance et meilleures salutations.

  9. Lovecraft dice:

    Siempreviva (que buen seudónimo):

    Gracias mil por tu amable comentario. ¿La frase de Napoleón te parece genial? Me alegro, pero tampoco es mérito mío. La pronunció realmente Bonaparte antes de la batalla de Waterloo, lo mismo que muchas de las frase que pronuncia en mi relato: la de los churros madrileños (aunque el detalle de los churros es lo único añadido de mi cosecha), la del talento no hereditario, incluso la frase final con la que firma la factura de la hostería, que según cuentan las crónicas son las últimas palabras que pronunció Napoleón en el momento de morir.

    Gracias también por las estrellas. Algún detalle habré de dejarte en tu relato. A ver si lo encuentras.

  10. Lovecraft dice:

    Siempreviva (que buen seudónimo):

    Gracias mil por tu amable comentario. ¿La frase de Napoleón te parece genial? Me alegro, pero tampoco es mérito mío. La pronunció realmente Bonaparte antes de la batalla de Waterloo, lo mismo que muchas de las frase que pronuncia en mi relato: la de los churros madrileños (aunque el detalle de los churros es lo único añadido de mi cosecha), la del talento no hereditario, incluso la frase final con la que firma la factura de la hostería, que según cuentan las crónicas son las últimas palabras que pronunció Napoleón en el momento de morir.

    Gracias también por las estrellas. Algún detalle habré de dejarte en tu relato. A ver si lo encuentra.

  11. Siempreviva dice:

    Muchas gracias por haber dedicado parte de tu tiempo a la lectura de mi relato, por tus elogios y, sobre todo, por el comentario en relación a la última frase. He reflexionado sobre ello y creo que tienes razón: la aclaración final sobra.
    Ha sido muy grato leer tu narración. En ella el sentido del humor y la imaginación se alían con la historia y el ciberespacio en un magnífico trabajo narrativo ameno y bien construido que nos deja algún que otro punto de reflexión sobre el fenómeno de las redes sociales. La sentencia con la que Napoleón inaugura su cuenta me parece genial, por su estética y por su significado.
    Voy leyendo con mucho interés las críticas respetuosas y constructivas que has ido regalando a los compañeros de concurso. Me resultan muy provechosas.
    Salgo de tu casa sin olvidarme de dejar unas merecidas estrellas y de desearte mucha suerte.

  12. Lovecraft dice:

    Firmin:

    Gracias por tu voto y tus buenos deseos. De alguna manera habré de recompensártelos.

  13. Firmin dice:

    Con todos los deseos de que tengas suerte en el Certamen, ahí llevas mi voto.

  14. Dies Irae dice:

    Maestro… mira por favor si he aprendido algo de tus lecciones: clica mi hipervínculo y dime algo.

    Besico.

  15. Lovecraft dice:

    Un abrazo colectivo para los últimos comentaristas (Dies Irae, Asesino, Hombre sin Abrigo, BOA) por vuestros ánimos y vuestras buenas intenciones. Haya paz, pues.

    Pigmalión: leí tarde tu invitación, pero la agradezco igualmente.

  16. Pigmalión dice:

    Hoy se cumplen 70 años del estreno de Casablanca, amigos, vamos a celebrarlo al café de Rick,
    “presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad”. Dies, Morfeo, Bonsái, Rioja, Sol, Isótopo, Lovecraft, don Juan… Y tú también. Todos juntos a conmemorarlo sin guión preconcebido (como Casablanca y como la vida misma). Volveremos a oír “tócala Sam, déjame recordar… Tócala Sam, toca…”
    Si no pudierais venir, me ha dicho Rick que no os preocupéis, que “siempre tendremos París”.
    Tararará, tararará… El tiempo pasará…

  17. BOA dice:

    Sabias palabras Hombre sin abrigo, sólo puedo darte la razón en todo. Aunque opino que la supuesta calidad literaria debe reflejarse en la redacción de los comentarios. Los telegramas, para mí, no construyen demasiado…
    La serenidad constante… yo también la sigo buscando…espero no morir en el intento.
    Gracias Hombre sin abrigo.
    Paz.

  18. El asesino de Morfeo dice:

    ¡Adios, que vergüenza me ha entrado cuando Susssan dice que hablo «ex cátedra»! que yo no, que en todo caso Don Miguel, que yo sólo soy un analfabeto funcional. Invitala a la bodega, Lovecraft, que por decirme eso la voy a castigar a que me explique lo del caché y el Website.Bueno, y como es tu amiga,a lo mejor le doy un poquito de queso y un traguito de vino mientras te alfombramos de rosas el suelo de la bodega.

  19. Dies Irae dice:

    Mi querido Hombre sin abrigo, qué buena gente eres. Hala, yo me uno también a pedir paz, aunque defienda bordear a veces (demasiadas, lo sé) terrenos extraliterarios, siempre por la parte luminosa del bosque.

    Besicos.

  20. Hombre sin abrigo dice:

    Es triste, y quizás inevitable, salirse de los márgenes meramente literarios e ingresar, súbitamente, en terrenos extraliterarios. Los líbelos, las diatribas y los argumentos ad hominem dañan mucho este oficio. Lo que yo veo aquí, si alguien me lo pregunta y si no de cualquier modo lo sigo viendo, es a dos buenos escritores (Lovecraft, cuyo cuento nos ha expuesto una faceta de Napoleón que tal vez nadie conocía, y BOA, cuyo cuento nos ha dado inmejorables estampas de lo que supone el arte de la cazaría y la cinegética) discutiendo por un malentendido. Creo que el certamente cobraría mayor altura si nos limitásemos a dar nuestra opinión sobre los relatos y evitásemos, en la medida de nuestras posibilidades, encender la mecha de esta forma. Yo, personalmente, debo decirte, Lovecraft, que no he reconocido en tus comentarios ningún ánimo de ofender; al contrario, he visto en ellos buenas intenciones y, sobre todo, conocimientos en materia narratológica y estética. Personalmente, insisto, te agradezco la labor de leernos a todos (te lo digo yo que, a pesar de haberme impuesto la misma tarea, apenas llevo alrededor de 50 relatos leídos) porque comprendo la magnitud del desafío y porque, además, apoyo tu moción: sólo la crítica constructiva nos permite ver lo que un elogio o un gesto zalamero aculta en nuestro trabajo. Saludos cordiales a los dos pugilistas.

  21. BOA dice:

    ¡Amén!

  22. Lovecraft dice:

    Muchas gracias y mucha suerte a Rambo 2.0 y a Sussan. Vosotros sí que sabéis hinchar el ego de un desocupado.

  23. Lovecraft dice:

    Estimado Asesino:

    Gracias por mentarme a Don Miguel. Después de leer esa cita, me animas a seguir comentando relatos sin temor a que me calumnien por el mal ni a que me premien por el bien que dijere de ellos. No te preocupes por la polémica. Es bueno que se planteen este tipo de discusiones. Le dan más vidilla al certamen.

    En tu bodega te dejo un consejo para facilitar la lectura de los últimos comentarios. Espero que te sirva a tí y a todos los tunantes que se dejan caer por tu casa.

    Un abrazo

  24. Sussan dice:

    Impecable, divertido, original. Me he divertido de lo lindo imaginandome a Napoleón en estas lides virtuales.
    Ahí dejo mis estrellas napoleónicas. Los consejos se los dejo a Asesino que ya ha hablado «ex cátedra».
    Saludos y suerte.

  25. Rambo 2.0 dice:

    Divertidisimo ensamblaje de la batalla en las redes, donde siempre hay un Napoleón jugando con timelines y eventos «feisbuk». Si no te importa lo twiteo XDD

  26. El asesino de Morfeo dice:

    Querido Lovecraft; despues de estar largos días incomunicado por los malditos robots, vuelvo por tu casa para saludar y mira lo que me encuentro…¡Que barbaridad!
    Ya se que no necesitas ninguna ayuda para defenderte tu solito, pero en estos días de silencio recordé algo que quiero compartir contigo: lo dijo Don Miguel de Cervantes en su prólogo a Don Quijote.
    …..»Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres, pues no eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albeldrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor de ella, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice, que debajo de mi manto, al rey mato. Todo lo cual te exenta y te hace libre de todo respeto y obligación, y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calumnien por el mal ni te premien por el bien que dijeres de ella».
    La verdad es que a mi El Quijote no me emociona demasiado, pero a veces Don Miguel está «sembrao,talmente como ahora».Se conoce que el asunto que os traeis entre manos es viejo.
    Lo dicho, cuando quieras me tienes por la bodega. Un abrazo

  27. Lovecraft dice:

    Hola Boa:

    Te he contestado en tu relato.

  28. Lovecraft dice:

    Hola Boa:
    Permite que te tutee. Intentaré ser breve y evitar sarcasmos e ironías. Gracias por su extensa respuesta. Gracias por aceptar el reto. Sin embargo, si asegura que mi comentario a Nasha es irrespetuoso, no basta con que se lo parezca: tiene que argumentarlo, y no lo ha hecho. ¿Decir que me parece un cuento infantil es irrespetuoso? ¿Decir que es maniqueo es irrespetuoso? ¿Aconsejar que aprenda ortografía es irrespetuoso? ¿Apuntar que recuerda a Toy Story es irrespetuoso? ¿Animar a qué perfeccione la escritura es irrespetuoso?. No es necesario que me responda. ¿Qué es lo que no habría sido irrespetuoso? ¿Ignorar el relato y pasar directamente al siguiente concursante? Claro, seguro que eso le habría resultado menos irrespetuoso. De momento, me consuela constatar que a Nasha no le ha parecido irrespetuoso (como verá, no me disgustan tanto las repeticiones). Pero si, como se deduce de sus palabras, el respeto es una cuestión “cuantificable”, ahí sí que me ha pillado: siempre habrá quien piense que no he sido lo suficientemente respetuoso.
    Las bases del concurso. Sí. Dejo a la organización, al grupo de lectura y al jurado que valoren si se debe o no cuidar la ortografía, aunque no se mencione un detalle tan obvio en dichas bases. Tienen más juicio, más criterio y más razones que yo para hacerlo. No obstante, me permito aventurar que no ayudaría mucho al prestigio de ningún certamen literario premiar un relato plagado de faltas de ortografía y de errores gramaticales, sintácticos y semánticos.
    No se equivoca. Nadie me ha pedido que intente corregir cada texto que lea. Y si me lo han pedido, no estoy cumpliendo bien con ese cometido porque, si es cierto que no ha podido evitar leer todos mis comentarios, se habrá percatado que no he corregido la mayoría de ellos. Incluidos aquellos como el relato nº 144; ahora sí me quita Ud. méritos: con éste no rocé la adulación sino que lo adulé en toda la extensión de la palabra, porque pienso que se lo merecía (por cierto, ni adular ni maniqueísmo se pueden considerar insultos o menosprecios, por si se la plantea alguna duda). Aclarado esto, no hay nuevo reto que proponer. En un par de cosas sí coincidimos: en reconocer el esfuerzo de Nasha y en que yo también entendí a la perfección su historia. Si hay otros que no consiguen hacer entender su historia, puede que en parte sea porque hay lectores que se empecinan en ufanarse de que no tienen intención de leerla. ¿No le parece? Toda esta discusión estéril nos la habríamos ahorrado si Ud. se hubiera ceñido a dar su opinión crítica sobre mi relato (que al fin y al cabo es lo que perseguimos en este certamen) en lugar de dedicarse a defender a quienes son suficientemente capaces de defenderse a sí mismos, Robin Hood de las letras.
    Me acusa Ud. de que soy tan solo un poco menos cruel que los más crueles de los malvados. Bueno, eso lo dice porque no me conoce en persona. Vale, ya sé que lo suyo es solo una forma de hablar. Lo mío también.

    Mierda, al final no he sido breve y sí irónico y sarcástico.

    Disculpas aceptadas.

  29. BOA dice:

    Hola Lovecraft, antes de nada quiero decirle que este es el último mensaje que escribo sobre su participación en el certamen. Mi comentario del sábado 17 de Noviembre de 2012 en su relato no pretendía iniciar una disputa interactiva, aun así me siento en la obligación, quizás absurda, de contestarle:

    Yo no he leído 238 relatos presentados a este concurso, en verdad he leído muy pocos en comparación con esa cifra, aunque con el tiempo pienso que leeré todos, bueno, todos menos uno usted ya me entiende. Quiero aclararle que nunca he escrito que me apeteciera leer sus críticas, lo que si dije es que “no pude evitar leerlas”, puede sonar parecido, pero no es lo mismo. Tengo la costumbre de; al finalizar la lectura de un relato, leer también los comentarios que ha suscitado, ya que un certamen como este me concede esa oportunidad. Vuelvo a decir, a pesar de que sé que no le agradan las repeticiones, que no pude evitar leer sus comentarios, debido quizás, ha que debe ser el participante que más ha realizado, cualidad esta elogiable para algunas personas, pero que para mí no significa gran cosa.

    Acepto el “reto”:

    (Comentario realizado por Lovecraft a Nasha en el relato número 72, “La muñeca Negra”).

    Lovecraft dice:

    18 octubre, 2012 a las 23:42

    Cuento infantil. Maniqueo. Curso urgente de ortografía.
    Mi querido/a Nasha: hay pocas cosas más estimulantes como el placer de inventar historias (aunque recuerden sospechosamente a algún episodio de Toy Story). Por eso te animo a que perfecciones tu escritura para que todos podamos disfrutar también del placer de tus creaciones. Es cuestión de tiempo y algo de dedicación. Suerte.

    Para mí, este es un “comentario irrespetuoso” como usted dice, que opine quien quiera. Debo dejar claro a este respecto que yo nunca he escrito que no tuviera usted respeto por los demás, lo que si he dicho es que “debería tener más…”, continúa sonando similar, pero tampoco es lo mismo. Con mi frase, creo atribuirle cierta dosis de respeto en sus comentarios, pero le “exijo” más.
    Pienso que lo siguiente también lo habrá leído:

    Bases de participación
    1. Podrá participar en este certamen cualquier autor mayor de 18 años que lo desee, con una sola obra, escrita en español.
    2. El tema es libre……………………………………………………………………………….

    Lo que yo entiendo al leer estas bases, es que cualquier persona que sea capaz de juntar palabras, menos de 2000, está invitada a participar en el concurso, siempre que sea mayor de edad y escriba en español. No leo nada sobre ortografía. A mi parecer, no debería ser usted quien pusiera en entredicho el argumento del relato, debido a que el propio certamen se encarga de verificar que se trata de obras “originales e inéditas”. Según mi criterio, tampoco debería tratar de corregir cada texto, no creo que nadie se lo haya pedido, aunque igual me equivoco. Por supuesto, los autores y autoras que aceptamos estas bases, quedamos expuestos o expuestas a que cualquier otra persona comente el resultado de nuestro trabajo; ya sea de forma constructiva, simplemente amable o rozando la adulación, como usted ha hecho con otros concursantes (releer los comentarios del relato número 144, El Librito – ( Cosillas que cambiar sin romper). Por Rulfo, para evitar futuros “retos”), o con forma de ironía condescendiente (no muy sutil), como la que en mi opinión emplea, también usted, en el comentario a Nasha. Le “concedo” todo el abanico de posibilidades señor/a. Partiendo de la suposición de que nadie desea presentar a un certamen literario un texto con faltas ortográficas, entiendo que el autor/a de dicho relato se esforzó cuanto pudo. Desde aquí le agradezco a Nasha su iniciativa, así como el tiempo que ha dedicado para conseguir que yo, y todo el que quiera, pueda leer su relato. Coincido con usted en que sólo hace falta “…tiempo y algo de dedicación” para que Nasha corrija sus errores pero, con o sin faltas de ortografía, estoy seguro de que todos hemos entendido su historia. (Hay quien no lo consigue. (Puede sonar a ironía condescendiente, debe ser cierto que todo se contagia menos la hermosura)).

    Sobre la triste retahíla de insultos gratuitos que, según usted, otras personas realizaron en anteriores certámenes también tengo mi opinión, aunque no me parece una excusa aceptable insinuar que; como otros son rematadamente crueles, yo también puedo serlo… un poco. (Quiero aclarar que esta expresión es sólo una forma de hablar, no digo que sea usted cruel, no le conozco).
    De igual modo le comunico que el comentario que usted dedicó al relato número 72, “La muñeca Negra”, por Nasha, fue el detonante que me motivó a escribir el mensaje que pudo leer el sábado 17 de Noviembre de 2012, nada tiene que ver con la crítica que escribió sobre mi relato, por la que sigo estando sinceramente agradecido pues, vistas las disecciones a las que somete los textos ajenos, no puedo menos que tomarla como un cumplido.
    Sobre el “… número de votos”, “… de ingratos “,”… de insensatos”, “… para alguien que quiere dedicarse a la escritura”, he de decirle que me da la impresión de que está usted deduciendo demasiadas cosas sobre mí, basándose en escasas palabras. Puede que le sorprenda, o directamente no me crea, pero la única motivación que me mueve a enviar mis relatos a concurso es que otras personas puedan leerlos. (No voy a negar que si además les gustan y me premian, me alegro el doble).
    “Supremacía intelectual” me suena muy mal ahora que lo leo de nuevo, hoy veo claro que fue un error, le pido disculpas si le molestó esta expresión nefasta que nunca debí utilizar, aunque sospecho que no lo hizo.
    Para finalizar, aclarar que yo nunca he usado la palabra “envenenado” para calificar ninguno de sus mensajes, y que a pesar de que no me enorgullece decirle esto, la disculpa con la que terminé mi comentario del sábado 17 de Noviembre de 2012 no iba dirigida a usted, la comprensible confusión sin duda se debió a un error mío al no haberlo especificado, pero me disculpaba con los moderadores del certamen, a los que vuelvo a pedir perdón por la extensión de esta respuesta.

    Yo también termino.

    P.D: Boa Sorte con su “quiniela” señor/a Lovecraft.

  30. Lovecraft dice:

    Querido Deimos:

    Gracias por detenerte en mi relato, y por tus apreciaciones y sugerencias. Puede que tengas algo de razón: quizás he sido un poco oportunista al recurrir a esa red social (no diré nombres, por si alguien me reclama derechos de autor…) como herramienta conductora para mi relato. Dentro de unos cuantos años, Facebook (¡mierda, ya he dicho el nombre!) quizás ya no exista, o sea algo totalmente diferente a lo que conocemos ahora, y entonces «Waterloo…» perderá parte de su frescura. ¡Que le vamos a hacer! Todo en esta vida envejece.

    Lo dicho, gracias de nuevo.

  31. Lovecraft dice:

    No se puede ser más exacto. Gracias por el comentario, Tomás

  32. Lovecraft dice:

    Hola, estimado/a BOA:

    No te preocupes por tener que gritarme. Uno va llegando ya a unas edades en las que el oído empieza a perder facultades. Siento que no te apeteciera leer mi relato. Tampoco es obligatorio. A mí sí me apeteció leer el tuyo, como el de los otros 238 concursantes que llevo leídos hasta ahora. Al parecer lo que sí te ha apetecido es leer los comentarios que he ido dejando en cada uno de sus relatos. Estás en tu derecho de que no te parezcan acertados, pero no puedo coincidir contigo en una cosa: que los consideres irrespetuosos. Si es cierto que has leído todas mis “críticas, literarias e intelectuales”, te reto a que me demuestres en cuál de ellas he faltado al respeto a ninguno de los concursantes, empezando por mi comentario a tu relato. No confundas los términos. Para que puedas comparar con los míos, te copiaré varios comentarios vertidos contra otros tantos relatos en certámenes anteriores, que sí me parecieron irrespetuosos. Una vez que los leas, juzga si yo he faltado o no al respeto de los concursantes:

    “La primera vez que leí su relato me pareció mediocre y pensé que no merecía la pena indicarle detalles literarios que posiblemente sólo conseguirían molestarle. Lo vuelvo a repasar y, tras leer los comentarios que le han dejado, me decido a indicarle lo que pienso de él: cae en la categoría de “malo”

    “Una verdadera estupidez como historia, aunque escribe correctamente, lo que ya es mucho decir…
    Siento decírselo, pero falla en los finales de su historia, lo que consigue que un trabajo aceptable en sus principios se convierta en una verdadera desgracia.”

    “Olvidar los artículos sólo demuestra estupidez. Teclear en castellano “Ahinoa” es aún peor, No me he permitido seguir leyendo cuando me rechinan las palabras…”

    “Simplemente un escrito malo con agravantes…”

    “Este trabajo es sólo un intento de conseguir un mal relato con pretensiones…”

    “No dudo que es un relato “rebotado” de cualquier certamen
    “Día de la Mujer”. Sin más comentarios, suerte…”

    “Un mal cuento y mal escrito por añadidura… Sin más historias…”

    “¿No pretenderá que siga leyendo cuando, desde el principio, el relato demuestra que no ha sido capaz de gastar diez minutos en revisarlo, verdad?…”

    “Empiece por aprender lo mínimo del castellano…”

    “No se puede utilizar un verbo para toda la historia como si no se supiese manejar un diccionario de sinónimos… Resulta amodorrante”

    “Ni idea de cómo se utilizan los dos puntos. Aparte de eso, ¿un trocito de anécdota es un relato? No pensará que emula de esta manera la simplicidad “del” Ignacio Aldecoa de los cincuenta, ¿verdad? En fin…”

    Espero que captes la diferencia en el tono y en los contenidos. Como comprenderás, para mí habría sido mucho más cómodo o no comentar ningún relato, o limitarme a desear suerte a todos los participantes, o administrar por igual todo tipo de alabanzas y lisonjas faltas de sinceridad. Me habría reportado muchos más votos de los que estoy consiguiendo con mi “irrespetuoso” comportamiento. Lo que ocurre es que me duele ver que alguien cometa un error y nadie sea capaz de hacérselo notar, con la única intención de que en un futuro se corrijan situaciones similares. Si esto es faltar al respeto, me considero culpable. Pero sentirse molesto por recibir una “crítica” como aquellas con las que yo he ido “envenenando” este certamen, me parece como poco de ingratos y además, para alguien que quiere dedicarse a la escritura, de insensatos.

    Respecto a mi “supremacía intelectual”, no es mérito mío, sino suyo, ya que es Ud. el único que me la atribuye. Y respecto a su “evidente inferioridad”, me parece que es ahora Ud. el que se está faltando al respeto a sí mismo.

    Termino.

  33. Tomás dice:

    Divertida esa mezcla de historia y modernidad. Suerte

  34. BOA dice:

    Hola Lovecraft, he entrado en su relato para dejar un comentario. He de confesar que no lo he leído. Estoy seguro de que me pierdo una narración brillante y, a juzgar por los comentarios de la gente, cómica e hilarante, pero no me apetece. Lo que no he podido evitar leer han sido la multitud de críticas, literarias e intelectuales, que ha ido manifestando en distintos relatos presentados a este certamen. No me han parecido acertados. Desde mi evidente inferioridad,me gustaría hacerle llegar unas palabras hasta su supremacía intelectual, DEBERÍA TENER MÁS RESPETO POR EL ESFUERZO DE LOS DEMÁS.

    (Perdón por gritar).

  35. Deimos dice:

    Lovecraft, considero la humoristica como una de las mas brillantes e importantes facetas del relato en general. Puede llegar a ser muy revelador expresar un mensaje o imagen concreta a traves del humor, suele inspirar mucho mas que un relato triste o incluso mas que uno profundo y filosofico.
    Por esta razon rescato de tu trabajo la gran habilidad que ostentas para describir una situacion estupida con tanta naturalidad, me da algo de gracia que tanta gente diga que se puso a buscar informacion sobre la vida de napoleon bonaparte porque se disfruta de la ocurrencia del cuento solo con saber que napoleon fue un general que vivio hace mucho tiempo, lo demas uno lo imagina.

    Pero hay algo que no me agrada demasiado de tu trabajo y es que hayas usado un tema tan popular hoy en dia como el facebook para hacerlo consistente, lo convierte en algo de mas rapido consumo y le resta trascendencia. De cualquier manera lo disfrute, gracias por tus consejos en mi cuento.

  36. Lovecraft dice:

    Gracias por la visita Abril. Te respondo en tu relato.

  37. Avril dice:

    Hola Lovecraft, he vuelto a tu relato y ahora me he dado cuenta de que mi comentario primero, quizá pudo parecerte algo irónico o con sorna, y lamentaría que hubiera sido así, al contrario, fue fruto de admiración sincera.
    Para dejar claro ésto, te escribo este comentario. Para dejarlo claro, y para dejarte mi puntuación, por supuesto.

  38. Lovecraft dice:

    Gracias por la lectura. Te contesto también en tu relato.

  39. Isótopo dice:

    Muy bueno tu relato, Lovecraft. Planteamiento de lo más original. Te deseo mucha suerte,

    Isótopo

  40. Lovecraft dice:

    Un par de chupitos de absenta, como corresponde a los buenos escritores bohemios, y ya me he recuperado. No sufras tú.

  41. Lovecraft dice:

    Hermoso (te doy el mismo tratamiento que a Dies Irae para no levantar ningún tipo de envidias): gracias por tu discreción. Has perdido la oportunidad de tu vida de encarnizarte conmigo, y no habría tenido casi ninguna defensa.

  42. Lovecraft dice:

    ¿Qué quieres que te diga, Dies Irae? Que lo siento más por las cigüeñas que por tí (si utilizas las aves como argumento, me tocas la fibra sensible). Ello no me impide agradecerte la consideración que has tenido con mi garrafal fallo. Hermosa.

  43. Anquises dice:

    No se equivoque señor Lovecraft soy yo el del equivoco.
    Demasiado rato pensando donde podía fallar un relato que hace pasar un buen rato y pensar que es genial. No quería escribir simplemente que me gusta mucho, así que decidí hacerte pensar, pero me olvidé de repasar.
    Saludos,

  44. Barack dice:

    Tu Wally luce una pluma en todo lo alto, como los apaches.
    Debes estar derrengado, campeón.

  45. El asesino de Morfeo dice:

    Yo lo se, señor profesor, pero como llevo un tiempo sembrando el campo de horrores y no ha llevado a una mísera reprimenda, me hago el digno y no contesto.
    Un abrazo

  46. Lovecraft dice:

    Gracias, «camino de la cima». Te contesto en tu relato.

  47. Dies Irae dice:

    Jejejé… qué dolor. Aquí, entre nosotros: una vez se me ocurrió mandar una nota de protesta a un periódico, porque el cura de mi pueblo desahució a las cigüeñas (sin hipoteca mediante ni nada). Y por no confundirme con la «h» de «ahuyentar», lo envié con un «a ahuyentado» que, ése sí, ahuyentaba al lector. Quizá por eso nunca me lo publicaron, afortunadamente. Lo sentí por las cigüeñas, pero… menos mal.

  48. camino a la cima dice:

    Enhorabuena, Lovecraft, me ha parecido original y diferente. Me parece que tiene bastante dificultar saltar así en el tiempo y hacer de una historia con base histórica, un relato curioso y entretenido.
    ¡Que tengas mucha suerte!

  49. Lovecraft dice:

    Menuda falta de ortografía he cometido en el comentario anterio. ¡En todos lados se cuecen habas! A ver quien encuentra a Wally.

  50. Lovecraft dice:

    Estimado Anquises (o estimada, no voy a presuponer nada todavía):

    Tu comentario de lujo me ha dado que pensar, no te creas. Si he de ser sincero, no tengo muy claro si alguna vez he intentado transmitir algo de mí mismo en mis relatos. Al menos creo que no lo he hecho conscientemente. Soy una persona de esas a las que cuesta mucho exteriorizar sus sentimientos más íntimos, y quizás por eso tengo cierta tendencia a que mis relatos sean simples divertimentos para pasar el rato sin más pretensiones, ni filosóficas, ni sentimentales, ni de ningún otro tipo. Imagino que ésto es lo que ha llevado a más de un comentarista de este y otros certámenes ha afirmar que mis relatos «no dicen nada». Puede que sea así. Pero no todo en esta vida, ni en el mundo de la creación literaria, son historias de amor, de infidelidades, de enfermedades o de sufrimientos varios.

    Acabo agradeciéndote tus elogios y emplazándote para cuando nos veamos en tu relato. Sigo manteniendo mi promesa de leerlos todos en orden cronológico, así que todavía no he llegado al tuyo, pero salvo catástrofe o demencia precoz, llegaré para darte mi opinión.

    Hasta entonces, un abrazo, Anquises

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