Escuchar
(Recitado por Atlante-)
Duermes con la sonrisa tan vital e inconsciente,
que te miro y mi alma ya no tiene respuestas,
yo me siento a tu lado recordando protestas
y te arropan mis ojos con su luz, dulcemente.
Entreabiertos tus labios, me suplican un beso,
¿cómo alzarme a tu boca sin romper este sueño?,
no es por ti, mi princesa, soy esta vez el dueño,
seré yo el que despierte si te robo ese beso.
Ahora viven los sueños del auténtico hombre,
el que vierte su alma sobre el cuerpo dormido,
el que nunca se esconde cuando estás sin sentido,
el que lleva en silencios, el poder de tu nombre.
Mientras duermas soy fuerte, sin el miedo a quererte,
contemplarte vacío de cualquier otra cosa,
la consciencia es sin duda, de mi amor, una losa,
que sujeta sin fuerzas mi temor a perderte.
Ya despiertas sedada, sin sentir tu dulzura,
mientras giras tu cuerpo me incorporo enseguida,
no descubras la sombra de mi amor en tu vida
y me sientas tan débil, como lo es mi locura.
Con tu mano en la almohada, se apresura la arruga
a plegarse en tus dedos por sentir ese abrazo,
y la sabana blanca se convierte en un lazo
que se enreda a tu cuerpo sin opciones de fuga.
Mientras abres los ojos, disimulo y sonrío,
y regreso a mi mundo del orgullo mentido,
y respiro profundo controlando el latido,
y me trago el poema que será siempre mío.
-Buenos días mi niña, nos tenemos que ir,
el que duerme de día desperdicia sus horas,
-¿qué te pasa en los ojos?, ¿es acaso que lloras?,
-yo llorar, no seas tonta…, vuelve, vuelve a dormir.
I Certamen Poemas sin Rostro 2005