96- Creación. Por Luis de Argot G.

Creación

 

Estas que me dictaron, fronterizas
el ingenio ligero de Thalía,
la mirada de Santa Lucía —
palabras conjugadas en la brisa,
cantan la Creación con una sonrisa,
aspirando la sombra de los sabios
el solo movimiento de sus labios.

Todo lo que será, lo que es y ha sido
ha pasado ante el ojo de los tiempos
que al crear con palabras monumentos
donde la flor y el canto hacían memoria
atiende al hombre, libro desde el nido
donde la tempestad y hasta el rüido
de la última página de su historia.

Lo supieron el ciego y el profeta
cuyo imperio jamás tomó partido
por ser el mensajero del olvido
y construyeron su gloria completa
sobre la vida o de un rey o un guerrero
que ya siendo el último o el primero
llegara hasta la boca un poeta.

Como aquel que cruzara el mundo ingente
en medio del camino de su vida
impidiendo, por piedad, la partida
de su amada hacia el fondo del abismo
hallándola en la cima penitente
contemplando las esperas de frente
para ir a donde nace el Amor mismo.

Amor con que tocara la locura
la vida elocuente que portó un hombre
(no he querido acordarme de su nombre)
que fuese el sin par de los caballeros
ya no por su osadía o su figura
sino por el tesón y ánimo fiero
que le obsequió el don de la lectura.

Lectura que cultivó la demencia
que antes en busca de sabiduría
ignoró que el demonio en aquel día,
dejando atrás religión, arte y ciencia,
volcaría su vocación infinita
en una ejemplar fortuna maldita
despojando el alma de su inocencia.

Volaría un cuervo encima, en todo caso,
para guardar esta alma y su miedo
del triste trajinar, del andar quedo
que toda vía contiene, todavía
unida al corazón que late escaso
al oír al gato en medio de la nada
que luego se evanesce paso a paso.

Pasos de una persona cuya pena
es no saber fingir que hay otro medio
para salvar nuestra vida del tedio
que trae ser y no ser, o serlo todo:
ve el lago brillar en la luna llena,
es cristiano y pagano, de algún modo
teme a Dios, pero añora su condena.

Así, Creación, azul, definitiva,
eres voz que me guía en el desierto
y me habla a los ojos de los muertos;
cesárea de la Mancha e Ilión
con la frente de los lobos altiva
eres fuego y el cristal del alma viva
y el rugido del sol como un león.

 

 

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Un comentario

  1. ¿Homero, Cervantes, Poe, Shakespeare…?
    Ingenioso homenaje a la creación.

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