El Dios de las pequeñas cosas. Por Juana Fuentes
Erramos por años, vagabundos olvidados, sobre el desierto cemento de las calles. Guiaba nuestros pasos una silueta arrinconada, la sombra que, por tantos años, codiciaba nuestra aislada y recogida compañía. Y aquella orfandad quiso empujarnos tantas veces a mirar hacia las casas ceñidas a sólo uno de los márgenes….