Abre tus alas. Diálogos en la luz.
Habla a menudo con la tierra y con el cielo, con tus ángeles y tus ancestros, con las estrellas y con las flores que halles en tus caminos.
Pide paz para tu alma, consuelo y caricias para tu cuerpo, sanación para tu presente y para todo lo vivido.
Envía mensajes de amor a cada hermano y compañero, y entrega tus mejores palabras a cada ser querido.
Conversa contigo mismo, con tus emociones y con tu ser interno para encontrar respuestas y darle a tu vida sentido.
Da voz a tu sentir y expande tus latidos en señal de gratitud por tantos regalos recibidos.
Francisco Gallardo Perogil