Fortaleza de la Mota, ALCALÁ LA REAL
Alcalá la Real, provincia de Jaén.
Jaén está para comérsela. Personalmente nunca digo las cosas por decir, yo, que soy una enamorada empedernida de Jaén en su totalidad, que es “paraíso interior” como versa la campaña turística del momento; siempre las digo, como se suele decir, con el corazón en la mano. Que “Jaén está para comérsela” lo justifican las tres Estrellas Michelín concedidas en la última Gala de la Guía Michelín a los tres Restaurantes recientemente agraciados Radis, Malak y Vandelvira. Para más señas, Malak, del chef Javier Jurado, y Radis -de Juanjo Mesa-, se encuentran en Jaén capital. Vandelvira, de Juan Carlos García, se encuentra en la vecina Baeza.
Con eso y con todo, y como persona foránea, me asombra y sobre todo me entristece especialmente desde que vine a Andalucía, la cuasi vilipendiosa manera de mirar a Jaén, la exigua sensibilidad y la tremenda falta de delicadeza de algunos andaluces de otras provincias (supuestamente más fervorosamente halagadas y más puntuadas -teóricamente- en el ranking de las más “atractivas” y turísticas) cuando dan, con cierta alevosía y nada de pudor, ni siquiera algo de resquemor en la conciencia…la espalda a esta tierra jienense. Y no hay cosa que me revuelva más en este mundo que la ignonimia, la falta de educación y de consideración. También me inquieta cuando se les llena la boca a muchos, de mil y un parabienes hacia las dos o tres “reinas” , quizá cuatro de la comunidad y no se reservan ningún cumplido especial para Jaén. Con afán de contrariar a unos cuantos que dicen con la boca pequeña pero de manera estruendosamente despectiva “Bah, Jaén!”, les respondo educada y sin ánimo de afrenta, que Jaén aun siendo para muchos la “Cenicienta de Andalucía”, sigue siendo tierra de gran solera, de buenísimos vinos, de nuestro aceite; sigue siendo tierra que aviva los versos de poetas que la habitaron (pensemos en la especial estancia para nuestro Antonio Machado en Baeza); una tierra que ha visto nacer a pensadores, a poetas y a grandes artistas y escritores actuales (como al ubetense y queridísimo Antonio Muñoz Molina o al mismísimo Rafael que siempre lleva a gala el ser de Linares); tierra de frentes sudorosas, de castillos, fortalezas y de Reales conquistas.
Pero la gente de Jaén, no enseña los dientes. No les hace falta. No es su estilo. Los jienenses para brillar no ensombrecen. Iluminan. La buena gente de Jaén no se desquita a la primera de cambio con sus vecinas provincias. La buena gente de Jaén trabaja duro y saca pecho, eso sí, pero sin criticar ni vilipendiar a sus iguales.
Ayer sin ir más lejos, tuve la feliz ocasión de visitar el pueblo de ALCALÁ LA REAL. Sin querer hacer alarde de mi predilección por esta provincia (tampoco es mi estilo) en detrimento de otras a las que, por qué no admitirlo, también profeso una gran admiración, recalcar que quedé totalmente fascinada por dos hitos relevantes en mi visita: uno, por el video animación que tuvimos ocasión de visionar dentro de la Iglesia de Santa María la Mayor en la Fortaleza de la Mota y dos, por el señorial Palacete de las Hilanderas, Casa burguesa de estilo modernista con un acertadísimo cuidado al más mínimo detalle. La Casa cuyas espaciosas y luminosas estancias lucen a la par, es obra de don Manuel López “El Moreno”, 1880-1936, de origen alcalaíno, fusilado en el Arroyo de las Parras durante la Guerra Civil, de gran renombre, premiado e importante constructor de la época, que nunca haría estudios regulares y oficiales de Arquitectura. Siendo autodidacta toda su vida, empezaría como raso albañil, dando cuenta de una profusa observación, esfuerzo y trabajo, además de un gran talento para la construcción detallista y siempre fiel a una máxima suya que me la apropio o la hago mía: “Se aprende, viendo”. Aprendamos por tanto de una provincia que ha dado y tiene un reservorio de talento e infinitos Bienes (en todos los sentidos…) para dar y regalar y enseñar al mundo.
USUE MENDAZA