Gimnasios: posibilidades infinitas
Viendo un capítulo de Ray Donovan (una notabilísima serie cuyo argumento poco o nada tiene que ver con el artículo, pero que recomiendo), el actor Jon Voight dijo: «En un gimnasio hay posibilidades sin fin». En el serial, encarna a un anciano de muy buen ver, mordaz y malévolo; imagináoslo…
Me hizo tanta gracia que me reí un buen rato a su costa, visualizando los caretos de mis compañeros deportistas ―incluido el mío―. Sí, soy habitual de un megagym. Son tan nuestros como las fruterías paquistaníes. Todos tenemos uno cerca, y muchos de nosotros, por mantenernos en forma, por motivos de salud o simplemente por vernos un poco más guapos, los utilizamos.
A fecha de hoy, lo cierto es que les cambiaría el nombre. Los llamaría los clubes sociales del siglo XXI. Como tales, abarcan a todo tipo de individuos: amas de casa, aburridos de la vida, optimistas, deportistas de élite, discapacitados, universitarios en paro y, por qué no, ligones y ligonas.
Y es que la decisión de ir al gym para encontrar pareja es otra de las muchas perspectivas. Tan digna como otra cualquiera. Eso sí, cortar por el mismo rasante, tampoco. Hay que tener en cuenta que son lugares cerrados, repletos de hombres y mujeres con indumentaria más o menos ceñida… Por no hablar de las feromonas que libera el mero hecho de ejercitarse físicamente.
Si entramos en la etimología de la palabra, gimnasio deriva del griego gymnos, que significa «desnudez». De igual modo, gymnasium significa «lugar donde ir desnudo». Los antiguos griegos eran muy sutiles. En estos centros ejercitaban educación física los chicos ―sí, las niñas eran (como en la mayoría de civilizaciones antiguas y no tan antiguas) un cero a la izquierda―. Se practicaba sin ropa, de igual modo que los baños y los estudios.
En la Antigua Grecia, el deporte era tan importante como el resto del aprendizaje. Por este motivo, muchos gymnasium contaban con baños y bibliotecas. Si nos atenemos a esta idea, los mal pensados pueden hacer muchas cábalas incorrectas…
La concepción actual del gimnasio se fraguó a mediados del siglo XIX y principios del XX. Su pionera fue Alemania, seguida por USA, que incluyó los centros deportivos en sus escuelas, universidades y academias militares, como West Point. En España, no fue hasta la década de los veinte cuando proliferaron en las escuelas de secundaria, gracias a Nicolás Isaranga.
Con el paso de los años, el concepto se extendió hasta la ciudadanía, adaptándose a las nuevas tendencias: sala de fitness, artes marciales, defensa personal, actividades dirigidas, natación y espacios de esparcimiento…
Por todo ello, podemos afirmar que la frase «En un gimnasio hay posibilidades sin fin» Es cierta. Los gimnasios nos presentan un abanico de posibilidades muy ampliO; cada cual elige la más afín a sus necesidades. Aunque lo realmente importante es que los estudios científicos abalan que la práctica del deporte genera calidad de vida.
©Anna Genovés 2014
Una frase para recordar sobre el deporte…
«El deporte tiene el poder de transformar el mundo. El poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas… Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras sociales”.
Nelson Mandela
Recomendaciones bibliográficas
Importancia de la actividad física en la calidad de vida en adultos mayores
Autoras: M.ª Victoria Rodríguez Cano; Cristina Anguita Carpio. IV Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la Educación Física. (VIII Seminario Nacional de Nutrición, Medicina y Rendimiento Deportivo)
ISBN: 978-84-939424-2-7
Blog de la autora: Memoria perdida blog
¡Muchas gracias! Me alegra saber que os ha gustado
Estoy de acuerdo con lo expuesto, yo me apunté hace 10 años, y son como describes acertadamente.