Este año 2009 hemos tenido una mesa del jurado muy especial, la mayoría grandes amigos que ya conocen la mecánica del certamen, la ilusión y los pocos medios con que contamos. Por eso sus integrantes, todos a una, estuvieron pendientes de ayudar como parte del equipo, para que la entrega de premios fuera tan emocionante y mágica como siempre.
Francisco Giménez Gracia, Director General de Archivos y Bibliotecas, ejerció de anfitrión recibiendo y atendiendo a todos. Pepe Belmonte, tan cariñoso como siempre, se ocupó de la nota de prensa y de atender a fotógrafos y cámaras de Televisión. Ana Mª Tomás y Pedro Miguel, su marido, enseguida se pusieron manos a la obra ocupándose de que los diplomas estuvieran firmados y listos para su entrega. Ana además, representó a la ganadora del Premio Especial “Amor en el tiempo”.
Eloy Sánchez Rosillo, jurado del certamen de poemas, junto a Raquel Lanseros, que recogió el primer premio de esta modalidad como representante del ganador y que ayudó a repartir los detalles de los finalistas y libros de “Poemas en el Canal”.
Carlos Marzal se hizo cargo del Biscuit del siglo XIX que debían entregar como premio, una delicada porcelana, tan frágil, que cualquier movimiento imprevisto podía fracturar. Carmen Posadas por su parte, atenta a todo, tuvo que tomar nota a toda prisa de los nombres reales de la ganadora y de las menciones especiales (con las que no contábamos) porque la deliberación del premio terminó casi a la misma hora en que comenzaba la cena. Tengo que decir, que el jurado renunció con gusto a sus estatuillas de regalo, con tal de que estas dos menciones tuvieran un trofeo en el momento de ser nombrados.
Luis Alberto de Cuenca, que no había comido porque su tren tuvo un accidente y llegó con bastante retraso, se enfrascó rápidamente en el ambiente distendido, haciendo bromas con sus cigarrillos extrafinos que tuvieron más de un comentario jocoso. Como era lógico hizo la pregunta del “novato”: ¿Por qué no está en esta mesa Salvatore? y todos le señalaron dónde estaba sin dar más explicaciones mientras una sonrisa cómplice, entre veteranos, recorría la mesa.
Sabéis que el Canal Literatura existe gracias al apoyo y la colaboración desinteresada de mucha gente, pero este año, además, los miembros del jurado, ante mi mirada emocionada, han querido ser una parte más de ese equipo maravilloso que hace que todo esto sea posible. Después, fotos, risas, baile y conversaciones paralelas. Una noche entrañable como pocas.
Así fue y así he querido contároslo.
María Luisa Núñez
Haddass