Estoy en uno de esos momentos que se consideran cruciales, supongo. Los cuarenta parece ser una edad llena de recapitulaciones, de balances y valoraciones de lo que hemos hecho y por dónde va nuestra vida. Probablemente ocurre así, porque hasta ese momento, al menos en mi caso, no hemos tenido tiempo más que de correr en pos de nuestros sueños primero, e irnos levantando de los tropiezos y reconduciendo nuestro camino después, según los acontecimientos nos fueron llevando; hasta que llega un instante en el que te sientes perdido, fuera de lugar, pesado, herido y doliente. Lloras sin parar lamiéndote unas llagas que ya no tienen cura, porque pasó el tiempo para curarlas de primera intención. Ahora tienes conciencia de que serán sin duda gruesas cicatrices que como galones jalonaran el alma de renuncias, tristezas y desamores que perduraran mas que nos pese, y no sabes si eso te dejará seguir… o no.
Estos últimos días han sido muy tristes, porque ha sido la primera vez que he sentido la sensación de que nada ha merecido la pena, ni nada ha tenido un verdadero sentido. Ha sido el vacío total de satisfacción, de interés, de ilusión. No puedo decir un vacío completo porque ha habido mucho dolor, mucha pena de mí mismo, una sensación de error de concepto que deja sin sentido toda una parte de mi vida. Por primera vez he me he sentido sin salida, sin esperanza, sin valor,… sin vida.
Lo más fácil es culpar a otros, ya lo sé. Por una vez quizá no sea mala manera de sobrellevar una situación tan angustiosa. Pero como siempre, sé, que no hay culpas determinantes en nadie, más que en uno mismo. Y eso es lo que me tiene totalmente perdido.
Brown
Tas depre tío.
Yo en tu lugar, visitaría a un psicólogo de los buenos.
Yo tengo algunos más que tú, y no me he angustiado tanto. Te lo juro ++. En fin, tú mismo.
Mira, hay que aceptar, que todo en la vida comienza y termina. Consólate con la ley de Murphi: «Todo lo malo, puede ser todavía peor».
Hay que estar orgulloso de lo que se hizo a los 16; a los 20; a los 30; a los 40; etc., etc.
No pasa na, dos litros de Font Vella al día, unas ensaladitas y un paseo en bici; ya sabes…
Cada uno es como es, ¡coño! no me vengas ahora conque: «es qué yo…» Acéptate y ríete del destino.
Saludos.
Dandy
Pues mira si que estaba deprimido cuando escribi eso Dandy
pero me he leido el artivculo de Oz y ha sido un revulsivo.
No creo que los psicologos puedan hacer mucho por mi. Soy un caso perdido.
No me rio del destino, porque creo que depende mucho de nosotros. El destino sirve para echarle las culpas si no tienes a nadie mas.
Te aseguro que me acepto, tal como soy, unas veces alegre otras triste, otras un poco borde (o mucho) y no me impongo ser de ninguna otra manera.Los hombres tambien lloramos aunque digamos que no.
Respecto a eso «No pasa na, dos litros de Font Vella al día, unas ensaladitas y un paseo en bici; ya sabes…», solo te falta una cosa, una buena tertulia.
Se agradece la intención de ánimo. Pero soy muy divertido
a pesar de tener momentos deprimentes como todo el mundo.
Saludos
La vida es como una carrera de obstaculos, siempre he pensado que o saltas la valla o te quedas por el camino.
Brown cuando superamos la barrera de los 40, miramos hacia atras y nos damos cuenta de que muchos de los sueños en los que creiamos de desvanecen o no se hicieron realidad o jamas lo haran, pero eso no es lo importante lo realmente importante son los nuevos sueños y las nuevas metas, los nuevos caminos, los nuevos matices que se abren en nuestro camino.
Firmado
Una cuarentona que se niega a dejar de soñar
Piensa que siempre sería peor haberlo sentido a los 20.
BleSSed (camino de los 21)
Tal vez, Brown, si no esperaras demasiado de todo te iría mejor,intenta ilusionarte con las pequeñas cosas que nos ocurren todos los días,aunque te puedan parecer aburridas o sosas, no lo son, es la vida, y te digo que una vez que has tocado fondo ves todo de otra manera, no te deseo ese mal trago, pero después de leerte no sé yo si estás a punto de descender, pero creo que deberías hacer caso a Dandy. Animo muchacho!!! con un poco de empeño los 40 serán igual que los 35.
Ahora, a los 47, mis saltos ya no son tan altos como a los 20, pero tampoco los porrazos, porque sólo salto cuando la la altura es recomendable.
Ahora, a los 47, mis palabras ya no son tan espitosas como a los 20, pero tampoco meto tanto la pata.
Ahora, a los 47, mis locuras ya no son tan locas como a los 20, porque las premedito.
Ahora, a los 47, mi cuerpo ya no pesa 65 kilos ni está nervioso, pesa 90 y no me hago tantos esguinces.
Ahora, a los 47, ya no pego tres o cuatro polvos seguidos de boca, pego dos máximo, pero con el cuerpo y la mente.
Ahora, a los 47, no me cambiaría por cuando tenía 20, lo que he sufrido durante ese tiempo, no sería capaz de volverlo a sufrir.
Ahora, a los 47, aunque mi físico lo permita, ya no soy capaz de estar toda una noche hasta el amanecer, haciendo el gilipolla en una discoteca, porque ya hace tiempo que comprendí, que sólo se trataba de eso, de hacer el gilipollas.
Creo, que se han de vivir todas las edades si se puede (por supuesto), tal y como se deben vivir, lo contrario, vivir fuera de tiempo, es NO tener sentido del ridículo y esto… SÍ que es grave.
Saludos, colegas.