La mesa del jurado este año 2007 se ha caracterizado por los “petit comité”, Pepe Belmonte se enzarzó en un conversación animadísima con Joaquín García Cruz, jefe de información de La Verdad, Pau Pérez con Ana Mª Tomás así como José Hernández con José Miguel Noguera, Director General de Cultura de la Región de Murcia.
Algunos se conocían personalmente de otros años, otros no, y se fueron presentado y descubriendo. Los mil alumnos de la Escuela que dirige Pau Pérez en Barcelona, la nueva aventura que emprende José Hernández en Miami este próximo verano.. y echamos de menos a Fernando Armario que nos acompañó en las dos ediciones anteriores y que es un gran amigo.
De vez en cuando surgía un tema común y entonces todos hablábamos con todos, los finalistas, los relatos, los invitados, pero hubo un tema que a todos les llamó la atención.
Había niños y adolescentes en la cena. -¿Quién son? – preguntaron curiosos.
No debe ser muy habitual que los jovencitos asistan a este tipo de eventos así que les expliqué que eran hijos de finalistas y miembros del jurado, entre ellos el diseñador de la mascota del canal y la mano inocente del sorteo de regalos.
Yo aproveché la coyuntura del ambiente relajado y tranquilo (todo iba como estaba previsto), para charlar con Carmen Posadas que mostraba curiosidad por todas las particularidades del certamen, quería que le fuera señalando a los ganadores y le explicara como era eso de la retransmisión a todo Internet. También aprovechamos para hacernos algunas confidencias personales en las que nos sentimos uno poquito cómplices y nos reímos abiertamente.
A las 10:35 horas daba comienzo la entrega de premios. Todos giramos atentos al estrado pendientes de entregar los trofeos a sus legítimos dueños.
Por cierto, en la mesa del jurado, por primer año, fueron a caer dos de los regalos del sorteo. El lote de productos de belleza del Balneario de Archena para Carolina que lo recibió encantada, «Si me hubieran dado a elegir, hubiera escogido este»- dijo sonriente – y un set de vino para José Miguel Noguera que ,aunque había perdido la tarjeta, se acordaba muy bien del nº 60 que portaba y bromeamos con eso hasta que finalmente se anuncio y todos celebramos su suerte. Los demás nos conformamos con un ¡huyyyyyyyyyyyyy! a coro con el resto de asistentes.
Una noche fantástica.