Autoayuda. Por Pilar Gorricho

Auto-ayuda. Budismo-y-Zen

 

Autoayuda

 

Las frases de autoayuda

con sus rosas, sus diáfanas aguas

hablándonos de amor,

de perdón, de entrega, de benevolencia,

de zen, de egos y meditaciones,

no son la vida real.

En la vida real

los favores son vilipendiados

y la filantropía es bien escaso

pateado por la usura.

En la vida real hay montones

de filas:

la del paro, las del supermercado,

las del ambulatorio, las del pan nuestro

de cada día

donde todo el mundo intenta pasar

antes que tú. Donde si eres cortés

eres un pusilánime

y si no lo eres también.

Donde si sigues tus principios

no llegas a ningún final.

Kisnahmurti diría:

«No vemos las cosas como son,

sino como somos»,

y te sientes un poco más ridículo si cabe,

pensando que todo ese desatino

lo provoca tu estulticia.

Ningún credo nos salva en la vida real

de tropezar una y otra vez

con peces globos dispuestos

a tragarnos en estos mares de asfalto

nebulosos a la compasión,

que nos estafan, nos malgastan,

nos pegan puñaladas traperas

y abofetean ambas caras.

Ninguna frase ayuda cuando

te encuentras frente a frente

con los caraduras que aprendieron

mucho antes que tú

el código indestructible del «todo vale».

Te quedas mirando al cielo

esperando esa señal que diga

«Bájate de las nubes

y gana algo,

lo que sea, pero gana algo».

 

 Pilar Gorricho

pilargorricho

Pilar Gorricho del Castillo, nació en Logroño (La Rioja ) España el día diez de marzo de 1961. Poeta clásica en sus composiciones ha editado tres poemarios y participado en diversas antologías clásicas y de verso libre. Los retazos de mi alma es su primer poemario en Girasoles de asfalto combina el verso clásico con la rima blanca o libre. Y el vacío de los plenilunios todo escrito en verso libre. Cuenta con diversos reconocimientos poéticos. Escribe por satisfacción personal y según sus propia frase: “ No escribo poesía para vivir, la escribo para no morir”.

3 comentarios:

  1. Es verdad, Pilar, en la vida real… Pero yo quiero seguir creyendo que la buena gente existe. Un buen poema. Enhorabuena.

    Muchos besos, corazón.

  2. Gran poema lleno de verdad, pero por suerte existen buenas personas. El problema es que hay que saber encontrarlas y detectarlas en esta vida.

  3. Pilar Gorricho

    Muchas gracias amiga.No quiero decir no existan buenas personas y quizás en el poema se entienda mal.A mí me gusta el zen y sus enseñanzas, pero me cuesta mucho trabajo aplicarlo a la vida, llamemos real, pues deshacerme del ego, es lo que deseo, pero en qué medida, eso ya es otro cantar,En qué medida para no ser tragados.
    Muchas gracias amigas por leer y comentar.Un abrazo

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