Autoayuda
Las frases de autoayuda
con sus rosas, sus diáfanas aguas
hablándonos de amor,
de perdón, de entrega, de benevolencia,
de zen, de egos y meditaciones,
no son la vida real.
En la vida real
los favores son vilipendiados
y la filantropía es bien escaso
pateado por la usura.
En la vida real hay montones
de filas:
la del paro, las del supermercado,
las del ambulatorio, las del pan nuestro
de cada día
donde todo el mundo intenta pasar
antes que tú. Donde si eres cortés
eres un pusilánime
y si no lo eres también.
Donde si sigues tus principios
no llegas a ningún final.
Kisnahmurti diría:
«No vemos las cosas como son,
sino como somos»,
y te sientes un poco más ridículo si cabe,
pensando que todo ese desatino
lo provoca tu estulticia.
Ningún credo nos salva en la vida real
de tropezar una y otra vez
con peces globos dispuestos
a tragarnos en estos mares de asfalto
nebulosos a la compasión,
que nos estafan, nos malgastan,
nos pegan puñaladas traperas
y abofetean ambas caras.
Ninguna frase ayuda cuando
te encuentras frente a frente
con los caraduras que aprendieron
mucho antes que tú
el código indestructible del «todo vale».
Te quedas mirando al cielo
esperando esa señal que diga
«Bájate de las nubes
y gana algo,
lo que sea, pero gana algo».
Pilar Gorricho
Es verdad, Pilar, en la vida real… Pero yo quiero seguir creyendo que la buena gente existe. Un buen poema. Enhorabuena.
Muchos besos, corazón.
Gran poema lleno de verdad, pero por suerte existen buenas personas. El problema es que hay que saber encontrarlas y detectarlas en esta vida.
Muchas gracias amiga.No quiero decir no existan buenas personas y quizás en el poema se entienda mal.A mí me gusta el zen y sus enseñanzas, pero me cuesta mucho trabajo aplicarlo a la vida, llamemos real, pues deshacerme del ego, es lo que deseo, pero en qué medida, eso ya es otro cantar,En qué medida para no ser tragados.
Muchas gracias amigas por leer y comentar.Un abrazo