Calablanca. Por BleSSed

Hola Mini.
Es curioso que siempre comience tus cartas así. Te bauticé, y con Mini te quedaste. Parece que no andan bien las cosas por aquí, ¿verdad? La serpiente hace su ronda en nuestro paraíso. Son tantos los recuerdos que me quedan de tan poco tiempo… Me atrevería incluso a decir que ninguno malo. Puedes sentirte orgullosa, has dejado una gran huella en mí. Nada hay que deba reprocharte, ni por lo que pedirte perdón. Solamente puedo agradecer. Gracias por los ratos que he pasado a tu lado. Gracias por ser una bocanada de aire fresco en mi autoestima. Gracias por hacerme sentir el mejor amante. Gracias, simplemente gracias..
Y sin más un día, todo cambió. Tu voz se volvió fría, tu mirada cortante. Me pediste que te dejara sola cuando te fui a ver. Llevas ya una semana así, sin decidirte, sin mover ficha. Siete días, me prometí, ni uno más de incertidumbre. Y es importante también ser fiel a uno mismo, tú me lo enseñaste. Gracias por hacerme susurrar pétalos de cala blanca, donde otros en mi situación estarían vomitando cuajos de bilis.
Lo siento. Adiós.
Carlos.

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Jamás llegué a plasmar esta carta a papel. Murió en mi cabeza

2 comentarios:

  1. «La serpiente hace su ronda en nuestro paraíso.»
    Bonita frase, muy descriptiva. Me la apunto 🙂

  2. Bonita frase, pero poco imaginativa y pomposa, además de fuera de lugar. Pero no me hagan mucho caso, que estoy un poco resentido. Aprovecho la ocasión que me brinda el blog para escribir un ratico y de paso confesar públicamente mi gran admiración por Ketsya, una hechicera coleccionista de almas que a poco que avance en sus escritos nos barrerá a nosotros, pobres escritores repetitivos, lo aviso con antelación.

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