Camino o rendición. Por Ketsya


El camino gira, da vueltas, sube y baja, vuelve a girar y se para. Piensas en la felicidad, ganas de reír, gritar, abrir los brazos y abrazar el aire, besar las nubes, cerrar los ojos y soñar. ¿Soñar? Para nada, mejor vivir, abrir los ojos y vivir, abrazar el aire, besar las nubes, sentir el sol aquí en tu piel.
El camino se para, te mareas y escondes entre los árboles ¿Esconderse? Jamás, mejor sentir, sonreír, dar la cara, comenzar a caminar y girar. El camino para y ahora quien gira eres tu. Rosas, margaritas, gladiolos, hasta un girasol perdido y tu, una rosa más en el jardín de la vida. La flor más rara, la más fea y a la vez la más especial, pero ¿Qué importa? Si lo mejor de la vida es ser diferente y que los demás averigüen que eres.
Pero que más da si el camino gira, se para, sigue su curso o cambia el rumbo. Si no es más que una vía de escape a algún lugar exótico, algún mundo desconocido. Ese lugar donde acabarás, pues es tuya la decisión de elegir el camino fácil, el difícil o aquel olvidado que nadie optar por tomar… ¿Seguir? Claro! ¿Caer? No, no levantarse ¿Vivir? Disfrutar!

Ketsya

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *