Y: Viste saco e’ huea no hay nadie aquí
X: Todo indicaba que este era el lugar y ha esta hora, incluso yo…
Y: ¡Sale mierda!, ya me tení chata. Tai’ siempre haciendo las hueas mal, teni’ que avisparte’ hueon. Confié en ti, vendí mi auto…(Se toma la cara), te pase plata para tus vicios culiaos. ¿Que mierda querí que haga contigo ahora?
X: Corta tu hueveo, ya mira quedémonos un rato esperemos a ver si alguien más llega, derrepente aparece el vecino de este hueon y le decimos que nos diga donde esta la huea. Toma distancia de ella y mira hacia afuera por la ventana, mira de lado a lado y se devuelve rápidamente hacia ella) Mira ya no huei ma’… el vecino tiene que venir a apagar las luces de afuera, ¿cachai?.. el otro culiao me dijo que este viejo venia asi que…
Y: ¿y vo’ no me dijiste nada de ese viejo culiao? ¡soy bien hueon, que mierda teni en la cabeza!… (después de zamarrearlo un poco lo suelta bruscamente y se toma el pelo lo mira de reojo. se suelta el pelo, vuelve donde él, le toma el brazo con fuerza) ¡Soy estúpido hueon! ¿y si el viejo culiao hubiera llegado y nosotros ahí descuerando al otro hueon? ¿ha?…¡¿dime po’ hueon, dime?!… eri muy imbécil te debería pegar una puñala’ ahora mismo y dejarte tirao’ en esta casona de mierda, y que los perros te comieran las bolas pedazo de mierda.
X: ¡deja de hablar hueas queri! vo’ sabi’ que esta huea la tenemos que hacer si o si, si nos vamos sabrán que estuvimos acá y nos meterán los rastrillos por la raja. vo sabi como e’ esta huea’, estos huasos de mierda si te pillan te van a culiar por toda tu vida antes de matarte. Quédate piola y sigamos con la huea no ma’.
Y: Conchetumare’ si salgo de esta te voi’ a sacar la chucha igual, asi que apróntate.
(En susurros)
X: ¡Callate conchetumare’! Mira ahí viene el culiao.
Y: !Ya hueon ándate detrás de la puerta que da pa’ afuera y espera hasta que el viejo apague las tres ampolletas y de ahí salí vo’.
X se tomo el bolsillo y sigilosamente se dirigió hacia la puerta. La puerta daba hacia el exterior donde existía una suerte de bodega. Con un paso ligero, de rodillas flectadas y mirando hacia todos lados llegó a la puerta, su respiración algo agitada no le dejaba oír claramente los «¡click!» que sonaban al apagar los interruptores. El anciano muy tranquilo apagaba las luces y hacia unos gritos extraños para ahuyentar seguramente uno que otro perro que se encontraban en los sectores lejanos cuidando.
En eso un «¡click!» pareció sonar mas fuerte y X interpreto que seria el último. Salió de la puerta rápidamente vio al anciano y se abalanzo hacia su espalda. El hombro del anciano choco con la quijada de X y sintió como se movía todo, aun así, no soltó al anciano y se lo llevo con el al suelo. Lo voltio raudamente y se subió encima del anciano y le dijo con voz fuerte y violenta.
X: ¡¿Donde guardan las cosas de Alejandra?!
Anciano (con voz temblorosa): Alejandra esta muerta, déjame por favor… me duele mi hombro.
X: ¡Mira conchetumare! te voy a matar aquí mismo si no me’ deci’ donde están las hueas de la cabra chica, ya se que esta muerta, quiero saber donde están las cosas de ella, ¡dime hueon o te destripo aquí mismo!…
Derrepente suenan unos veloces pasos, se abre la puerta fuertemente, y sale de ella Y con su mano empuñada y en alto. X solo voltio su cabeza y sintió como pasaba de lado a lado una fría hoja por su garganta. Luego todo se volvió de un oscuro total, al igual que antes de nacer. Pero para siempre. Saco de encima el cadáver de X y así Y le tendió la mano al anciano.
Y: ¿Se encuentra bien?
Anciano: Si muchas gracias, mi hombro me duele mucho eso sí. Mire lléveme por esa puerta hacia el final, ahí después le diré como llegaremos a un cuarto donde hay una cama y vendas para curar mi hombro mientras usted llama a una ambulancia y a los policías.
Y: ¿Es su cuarto?
Anciano: No es el cuarto de una niña que ya no esta acá, Alejandra sufría de múltiples dolores y se fracturaba fácilmente producto de una maldita enfermedad que tenia, era la hija del dueño de todo esto, su primera hija. Lléveme para allá ahí le contare mas.
Y (simulando hablar para ella, con voz tenue): Hueones malos que vienen a robar de seguro.
Anciano: Él ladrón sabia de algo me pregunto por la niña.
Y: Ya… eso dígaselo después a la policía vamo’ rápido que su hombro necesita fijarse con una venda o algo, afírmese de mí yo lo ayudare.
Por: Ulises Serrano E.
Santiago de Chile.
Supongo que el español de chile es un poco distinto que el mío, por eso me hace mucha gracia leer blogs de gente del otro lado del charco. te expresas muy bien y te animo a seguir escribiendo. un abrazo