Descripción de una noche
Descansas sin cubiertas
sobre una nube,
tu piel de oro se eriza,
el viento se columpia
sobre tus pestañas tersas.
¿Quién soy yo
para interrumpir
la gloriosa escena
en que tú,
oh, gran luchador,
por fin te coronas
ante las adversidades
de tu día
y te vuelves como un querubín
que se dispone a entregarse
a los sueños?
Nadie, no soy nadie,
pero me gustaría serlo,
que una noche
me vuelva agua bajo tus párpados,
hormigueo entre tus piernas,
la sequía de tus labios,
que me haga palabra y me pronuncies
una y otra vez,
que me diseñes como estatua de mármol
en el aire, en el vacío,
sólo para sentirme cerca;
me gustaría serlo,
no por ver cómo te consumes,
sino para ver cómo reaccionas
cuando me comprendas,
para ver si sigues diciendo
que el extrañar a alguien de verdad,
como yo te extraño a ti,
no es morirse.
Chalico