El verso suelto
Siempre fui el verso suelto,
el eslabón perdido, la oveja negra.
Inconsciente, sufriendo las consecuencias
de ser diferente,
porque lo distinto, lo atípico,
aquello que se sale de la norma,
resulta peligroso.
Me entristecí.
¿Cómo huir de ese yugo?
¿Cómo huir de ese rechazo?
¿Cómo luchar contra aquellos
que temen a lo desconocido?
Yo no lo sabía.
Renegué a mi naturaleza, a mi propio yo
para ser como los otros.
No destacar, no sobresalir,
monotonía, monocromía.
¡No!
Caí al vacío y ahí me di cuenta de mi error
Ahora me presento consciente y orgullosa
como el verso suelto,
el eslabón perdido, la oveja negra.
Yolanda Pérez