Insomnes, de Hernán Rivas Barrera, la novela que consiguió que su autor cruzase el Atlántico.

Insomnes, de Hernán Rivas Barrera

 

      Insomnes es la primera novela que el escritor colombiano Hernán Rivas Barrera publica en España. Con ella, asistió a la Semana Negra de Gijón y ha hecho presentaciones en la Universidad Autónoma de Madrid y en Los Libros Salvajes en Villaviciosa de Odón y Juan Rulfo en Madrid, en donde montó una performance sobre la novela. Estuvo firmando libros en la FLM 2019 y fue invitado en 2019 también por la Librería Central de Gijón a firmar libros en la Semana Negra.

  •       Hernán, Insomnes es la novela con la cual te has estrenado en nuestro país, ¿cierto?

      Sí Eva, así es, y podría decirte que en parte ha sido ella la responsable de que me haya atrevido a cruzar el Atlántico y que esté ahora en Madrid.

  •       ¿Qué nos puede decir el autor sobre Insomnes?

      Insomnes es un sueño y un desahogo. Un grito, una locura, una ilusión, una protesta de esas que nadie en Latinoamérica se atrevería a hacer, o que sólo hacen los valientes por sus consecuencias nefastas, y no es que yo sea precisamente un valiente porque para hacerla me escondí tras las páginas de la novela y ahora vivo en Madrid a ocho mil kilómetros de distancia. Insomnes cuenta la historia de héroes de carne y hueso, personas del común que toman la decisión de desafiar a los malos de una manera poco convencional: emprendiendo acciones que parecen más montajes de arte contemporáneo y performances que verdaderos desafíos de guerra. Habla de lo que pasa cuando los mismos héroes se llenan de poder, cuando el odio funge como emoción predominante y se convierte en venganza. Y en las escenas narradas van entremezclados hechos atroces de la historia reciente de mi país, articulados con la idea de mostrar lo irreal que puede parecer la realidad y lo real que puede ser la ficción.

      Y en ese transitar de la historia también cuento una época en la que terminé alejándome de muchas personas que hacían parte de mi vida porque estábamos viviendo algo similar a lo que emocionalmente vivían los Insomnes, repito «emocional» porque no tuve ni tuvimos que enfrentar ejércitos ni apuntar con arma alguna. Finalmente, para terminar de plasmar esta imagen que acabo de hacer sobre el fascinante mundo de los Insomnes, si me pidieras que dijese lo que es la novela en una frase, diría que, en esencia, es una historia romántica.

  •       ¿Cómo se te ocurrió la idea de esta novela?

      La idea de hacer algo para pronunciarme frente a lo que pasa a diario en mi país, transitaba en mi mente y en mi cuerpo desde hacía varios años. Es que la realidad en Colombia es alucinante: la guerra, la violencia, las torturas, las desapariciones forzadas y los asesinatos son el pan de cada día en muchas regiones. Hay algo impresionante que pasa cuando llegas a España y ves telediarios en donde palabras y frases como «secuestro, desaparición forzada, líder asesinado y grupos al margen de la ley» son prácticamente inexistentes. Muchas de esas regiones suelen estar alejadas de las ciudades principales, en lugares olvidados del estado, sin Dios ni ley. Y entonces estamos los ciudadanos de a pie, la gente del común que vive en los grandes centros urbanos y para quienes todas esas noticias son un zumbido que da vueltas a su alrededor; parte de la escenografía de la vida diaria en la que vivimos y que, ya sea por miedo, incredulidad, aprobación o falta de empatía, no hacemos nada para cambiar. A algunos nos duele e importa, pero no sabemos cómo actuar, nos da miedo porque una acción en contra de alguno de los grupos armados puede ser una sentencia de muerte y entonces estamos paralizados en un lugar absurdo, creo, al que nombro «entre la violencia y la indiferencia». Ahí estaba cuando me vi Bastardos sin gloria, la película de Quentin Tarantino y me pregunté ¿y si escribo algo en donde les dé a todas las víctimas en Colombia la posibilidad de una venganza simbólica? Y entonces empecé con toda la locura de los Insomnes. Con el paso de los días muchas cosas irían cambiando, porque como me suele suceder cuando escribo, los personajes tomaron vida propia y no pude más que escribir lo que hacían.

  • ¿Te sientes cómodo en el género negro? ¿Tienes algunos autores de referencia?

      Me siento cómodo y me gusta, sin embargo, el género negro hasta hace poco no era algo que yo escribiese a propósito, es decir, cuando escribí Insomnes, por ejemplo, no me propuse hacer una obra de literatura negra. Fueron los lectores y críticos quienes catalogaron asuntos de la novela dentro del género negro, aunque tampoco terminaba de encajar del todo allí y resaltaban otros asuntos, como lo político, la novela de viaje, la importancia del grupo más allá del héroe que desvela los hechos. En cuanto a los autores de novela negra, hay muchos que me gustan, menciono algunos de esos que salen de primeros cuando pienso en el género: John Connolly, William Faulkner, Leonardo Padura, Edgar Allan Poe. Recientemente he estado leyendo escritoras españolas como Dolores Redondo, Berna González y Fátima Llambrich. Pero más allá del género, quiero mencionar un par de novelas que están en la línea de lo negro que narro: Trabajos del reino, de Yuri Herrera y Kuebiko de Miguel Ángel Carmona del Barco.

  •       Es una novela con mucha crítica social. ¿Cuáles son las partes más importantes sobre las que quieres instruir o alertar?

      En Insomnes quiero ser la voz de los que no tienen voz, por eso la dedicatoria con la que finaliza la obra termina siendo un disparo al aire, un sinsentido, una carcajada sorda en medio de la soledad del desierto. ¿Por qué? Porque a quienes se la dedico fueron víctimas de la violencia sistemática y brutal que ha teñido la tierra de sangre y están muertos. Y al hacerse inútil la dedicatoria, es entonces cuando aparecen el homenaje, la denuncia y la idea romántica: quiero dar cuenta de lo poco preparados que estamos los seres humanos para ejercer el poder sobre otros y en ese camino denunciar hechos atroces que Colombia ha intentado enterrar. Y si hay algo que en realidad quiera enseñar y que es además eje central de la personalidad de Eva —quien resulta siendo la heroína en Insomnes—, es la compasión, sin ella no hubiese llegado al final y se hubiese perdido, al igual que muchos de los otros, en el odio y la sevicia.

  •       Esta novela, además, ha hecho una gira europea según pone en tu página web. ¿En qué sitios has firmado libros o hecho presentaciones?

      Esto ha sido de lo mejor que ha pasado, porque luego de llegar a España sin tener idea de cómo se movía el mercado editorial y sin que mis novelas anteriores hubiesen llegado aquí, Insomnes comenzó a abrirse camino, a buscar su público y a llegar a sitios inesperados. Todo comenzó con la invitación en noviembre de 2018 que me hizo la Librería Albatros en Ginebra, Suiza, en donde estuve conversando con Rodrigo Pino, el librero, y Laurence Cuny, experta en Derechos Humanos, para quien Insomnes tiene un papel muy importante como denuncia social de violencias que van en contra de todo por lo que en organizaciones como la ONU luchan a diario. Se me olvidaba, antes del viaje a España, ya la novela había comenzado su gira, el lanzamiento fue en La Fiesta del Libro y la Cultura, que es la Feria del Libro de mi ciudad, Medellín, a la que siguió la performance artística en La Casa Museo Otraparte, en donde las conversaciones sobre el libro estuvieron acompañadas con las interpretaciones de esas canciones que están atadas a las partes de la novela. Luego de Ginebra, en el 2019, me invitaron a presentar la novela en la Universidad Autónoma de Madrid, en donde fungía como eje central la investigación como medio de documentación para la escritura de una novela de corte negro, político y de denuncia social. Después estuve en Los Libros Salvajes, la librería de Carmen y Félix, en Villaviciosa de Odón. Siguió la Feria del Libro de Madrid y luego la Semana Negra de Gijón en donde estuve firmando libros. En este 2020 por invitación de la Librería Juan Rulfo como autor latinoamericano en Madrid, presenté la novela acompañada de la performance literaria «El canto del barranquero», con la fortuna de tener a las actrices Angélica Revert y Alicia Montoya, al actor Ricardo Moreno, y al escritor y librero Andrés del Arenal como parte del montaje. En julio regresé a la Semana Negra de Gijón, en donde la novela tuvo una maravillosa presentación de José Manuel Estébanez, con quien terminé sumergido en el apasionante mundo de los Insomnes.

  •       Supongo que era tu primera vez en la Feria del Libro de Madrid. ¿Cómo fue tu experiencia?

      Sí, era mi primera vez y lo primero que tengo para decirte es que es alucinante. Ya me habían dicho lo grande que era e igual quedé impresionado cuando estuve allí. La experiencia de firmar libros es muy bonita porque vas relacionándote con gente que, por alguna razón, literaria, social o de otra índole, pasan por allí y terminan teniendo curiosidad por aquello que estás firmando, que ofreces, y entonces en ese momento mágico les cuentas sobre tu novela con la misma fascinación con la que hablamos de un ser amado. Al terminar la jornada me quedó esa sensación bonita que aún recuerdo, de haber estado haciendo alma con la gente que pasa.

  •       Hasta este momento, ¿cuál de tus novelas crees que ha tenido más aceptación entre los lectores?

      No sabría decírtelo con certeza, Espía tuvo muy buena aceptación, además atrajo mucho público femenino lo cual me hace sentir muy orgulloso porque siempre he pensado que en gran parte es mi femenino el que escribe. Insomnes, por su parte, se ha hecho un lugar profundo en los lectores, enganchándose en muchos corazones y además abriéndose camino aquí en España. La Otra Ciudad, que es la obra que escribí entre Espía e Insomnes, también ha tenido muy buena aceptación dentro del público objetivo que son estudiantes de posgrado y personas del sector social. Queda por saber qué pasará con Baladas para la Pandemia, sin embargo, no dudo en que aumentará su audiencia en la medida en la que la realidad actual, inundada de pandemia, se convierta en pasado y el pasado comience a re-contarse y ficcionarse, tal y como empieza a suceder ahora.

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