Etéreo abril
Te presentas cuando todo va mal.
Llegas para salvarme y entras en mí,
por la ventana entreabierta de mi guarida de paz.
Impregnas de verdad mi insondable porvenir.
Fecundas de belleza el yermo y rancio papel,
y así me pongo a escribir, para no morir.
Caballero sin corcel ya sin sueño dormía.
Liberas mi alma, me vistes de amor, me armas de palabra;
alivias mi pesar cuando más dolía. Eres mi diosa, y te llaman poesía.
04.2017 / José Ramón Turpín