«No soy partidaria de intelectualizar en exceso el proceso de escritura».
Cuenta que su principal inspiración son sus viajes, y el mar, un elemento indispensable en su vida, pero si hubiera que definir en una palabra la obra de Marta de la Fuente Soler (Bilbao, 1990), esta sería «disfrutar». Disfrutar del proceso de creación de las historias, y nunca tomarse excesivamente en serio a uno mismo, ni fingir una pose intelectual impostada. Disfrutar es el tributo debido a la lectura, o a la música, atesorar sentimientos auténticos que nos pertenecen solo a nosotros mismos.
Hacía años que no caía en mis manos un libro de realismo mágico, ¿qué te llevo a escribir en este género tan poco frecuente en la actualidad?
Me pareció el idóneo para encuadrar la historia que quería ser contada. Realmente, es que no me lo pareció, salió así, quiero decir que no lo recuerdo como una decisión consciente, sino que sentí que no podía ser de otro modo. Lo he dicho en otras ocasiones, no soy partidaria de intelectualizar en exceso el proceso de escritura. Ni el propio ni el de nadie. Las canciones se componen o se escuchan, los libros se escriben o se leen; luego, lo que te han hecho sentir, tanto si estás a un lado o al otro de la orilla, solo lo sabes tú, y eso es lo que cuenta.
¿Cuál dirías que es la esencia de Galernas?
El amor y el valor.
¿Cómo definirías tu forma de escribir?
Ni idea.
Afirmas que tu principal fuente de inspiración son tus viajes, ¿cuál te ha resultado más inspirador?
Quizás Nepal. ¡Y eso que es de los pocos países que no tienen mar! Pero, por Dios, qué luz.
Manuel Abelardo me ha recordado por momentos al principito, ¿crees que tienen mucho en común?
Es curioso que lo digas, porque releí El principito poco antes de meterme en faena con Galernas y fue toda una experiencia. Me lo había leído de pequeña, pero ni me acordaba de qué trataba, y fue una relectura tremendamente emotiva. Una auténtica joya. ¡Aún recuerdo la buena noche que me pasé con él! La mayor parte de nuestras referencias pienso que son inconscientes, y sí, pienso que algo de Saint-Exupéry hay en Galernas, pero no lo tomé con premeditación. Aunque ahora, reflexionando acerca de ello, creo que tanto El principito como Galernas son dos fábulas que ayudan a los adultos a recordar que no hay que olvidarse de ser niños.
Dedicarse a tantas disciplinas artísticas debe de estar bien, porque puedes hacer la adaptación al cine de tu propio libro, la banda sonora…
Por supuesto, eso sería estupendo. De hecho, Galernas tiene canción propia, la compuse a bordo de un barco.
Ahora que has probado ambos formatos, ¿te gusta más escribir novela o relatos?
Ya había escrito novela antes, de hecho, varias, pero no todo lo que he escrito está publicado, ni intentado, vaya. Antes de salir al mundo, el feto se gesta nueve meses.
¿Qué géneros eliges a la hora de leer?
De todo. Desde divulgación científica a filosofía. Poesía, ficción. Lo que me pida el cuerpo.