Microtextos a concurso en el Premio Especial 2009
Amada esposa:
Hoy hace cincuenta años que nos conocimos. Y quiero confesarte algo.
A veces, cuando estás dormida, acerco mis labios a tu frente y te beso, con la esperanza de que ese beso vaya más allá de tu piel, surcada de hondos recuerdos, y se deposite junto a otros que te di. ¿Los recuerdas? El primero, en la última fila de aquel cine de barrio que derribaron hace años. Los de los atardeceres de los domingos, comiendo pipas en el Retiro; en la puerta de tu casa, los apresurados de despedida; los que nos dimos a oscuras entre sábanas claras, empujados por el deseo…
Esta tarde vendrán nuestros hijos, con los suyos; esos enanos ruidosos que nos roban el corazón y las monedas sueltas que encuentran a su paso. Cuando se marchen, volveremos a sentir el vértigo del vacío. Veremos un rato esa serie que te gusta tanto y que yo aborrezco. Pero no me importa. Te miraré de soslayo mientras pienso, como algunas noches en las que la melancolía se prende de la solapa de mi pijama, que lo mejor que he hecho en esta vida es compartir mi tiempo y mi amor contigo, mi Bacall.
Te quiero.
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Esposo amado:
Nos conocimos hace hoy cincuenta años. Y quiero confesarte algo.
A veces, cuando crees que estoy dormida, siento los surcos de tus labios posarse sobre mi frente y entonces imagino que ese beso que me das va a reunirse con otros que me regalaste. ¿Los recuerdas? El primero, en blanco y negro, en la última fila de aquel cine de barrio ya desaparecido; los de sabor a pipas de domingo junto a las barcas del estanque. Los dulces de despedida, a la puerta de casa; los de las noches en las que la pasión abrazaba nuestras sábanas…
Luego vendrán a vernos nuestros nietos, con sus padres. Hay que acordarse de dejar unas monedas donde siempre, para que las hurten esos pillos revoltosos, de la misma forma que nos roban el corazón. Después nos llenaremos de vacío con su ausencia, mirando ese programa que tanto te gusta y que yo detesto. Pero me da igual. Te miraré de reojo mientras pienso, como algunas noches en las que los recuerdos se descuelgan por mi bata, que lo más maravilloso que he hecho en esta vida es compartir mi amor y mi tiempo contigo, mi Bogart.
Te quiero.
BOGART-BACALL
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