El dolor que hoy recae en mis manos y pudre mi alma es el mismo dolor que me lleva al suicidio.
Hoy veo como el rostro de la muerte mira mi ser y codicia mi sangre, está a mi lado esperando a que termine de trazar estas sucias palabras, inquieta sus brazos y sonríe mientras las lágrimas caen sobre mi rostro.
Aun no entiendo cual es su prisa, sus ojos profundos anhelan mi alma, quiere devorarla y verme padecer, yo solo suplico unos pocos segundos, la furia envuelve sus huesos y maldice en el tiempo, -son solo unos segundo – protesto mientras ella desafía mi cuello, los concede entre suplicas y desconsuelo.
Me voy con dolor a un mundo desconocido, mis manos oscilan y mi ser no tolera el agua sagrada que mana por mis venas, me ausento ahora con pavor, me ausento ahora con pudor.
Fernando Guerrero