Cilicios, botica y otras hierbas… Por Anna Genovés

 

 cilicio

De cilicios y botica

Un hombre entra en la farmacia unos días antes de Semana Santa, con la hoja de la SS para que le dispensen los medicamentos indicados.

―¿Cuándo cerráis, chata? ―le pregunta a la farmacéutica.

―Del viernes al lunes que son realmente los días de fiesta. Otra cosa es que El Corte Inglés abra el Domingo de Resurrección. ¡Que ya les vale! ―contesta ella con aspavientos monacales.

―Bueno, el CI abre siempre ―contesta el caballero.

Por dentro se desternilla y piensa si la muy honorable boticaria no llevará un cilicio bajo las faldas. Recuerda que un día la vio muy azucarada con un discapacitado. “Claro, hay que ayudar al necesitado” ―piensa―. Sale directo hacia los lavabos del polideportivo municipal. Literalmente: se mea de risa.

Padrino

De ahijados y padrinos

―Sí, mamá, si. Ya sé que si formara parte de un partido político no estaría en el paro y hubiera publicado todas las novelas que están por los cajones.

―¡Y los premios, hijo! ¡Y los premios!

―Eso también. Tendría página en Wikipedia y un montón de premios literarios de mi comunidad. ¡Sobre todo eso!

El hombre se ha pasado una semana entera hojeando los CV de los escritores punteros y, cómo dice él: “¡qué coincidencia!”. Fulanito de tal tiene todos los premios de Andalucía, y es andaluz. Menganita tiene acaparados todos los certámenes literarios de Galicia, y es gallega. El otro pavo tiene todos los galardones poéticos de la Comunidad Catalana, y es barcelonés. Va a resultar que mi madre tiene razón: “si no tienes padrino, no te bautizas”. ¡Manda huevos! Seguramente que no me echaron suficiente agua bendita en el cogote. Voy a tener que rebautizarme ―termina por decir.

Anna Genovés

Puedes seguirme en Memoria perdida… El blog de Anna Genovés

 

anna

Valenciana de nacimiento y ecuménica de pensamiento. Tengo alma de poeta y mi corazón está tuerto. Funambulista de la vida, mis ojos ha visto innumerables historias y mis dedos han tecleado todo tipo de cuentos... Tantos como años tiene Caronte. Soy disléxica y disgráfica como John Irving, Roberto Bolaño, Wendy Wasserstein o Scott Fitzgerald... Y, millones de personas, a las que les cuesta aprender idiomas o confunden, por ejemplo, "niño" con "nicho". Pese a ello, tuve la suerte de ir a la universidad y licenciarme en Historia Antigua y Arqueología/Prehistoria. Colaboro en distintos medios digitales. Escribo cuando me inspiro y soy bloquera a ratos. He publicado dos novelas: Tinta amarga y Bovary 21. Habrá más: os lo aseguro. Van rulando por los cajones y me piden salir a la luz.

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