Siempre andaba perdido, la pérdida interior se reflejaba a nivel exterior como si de pérdida en el ámbito espacial se tratara. Parecía ir buscando algo que nunca terminaba de encontrar, y la gente que le rodeaba era perfectamente consciente de esto. Trataba de encajar, no se crean, y me convencí de que ese aire de hombre francés era solamente el comienzo de la diferencia.
Me hacía sentir cierto tipo de vergüenza ajena, pero no una vergüenza penosa u orientada a compadecerle. Era su ansia de encajar en el hueco imposible lo que me incomodaba, lo que me llevaba a querer zarandear a todo aquel que fuera incapaz de, al menos, intentar comprenderle. Todos queremos triunfar en algo, y la mayoría de nosotros buscamos en los lugares equivocados.
Lara Morgueröthe