El Sr. Ramírez me llamó a su despacho y, por el tono de sus palabras, algo me decía que no estaba de buen humor.
Es un hombre alto, bien parecido y ciertamente brillante, no tiene más de 35 años y ya ocupa un puesto directivo relevante. Sin duda ha creado más de un recelo porque exhibe demasiados signos de su capacidad económica y aunque es correcto se muestra distante hasta el punto de que quiere que todos le llamemos Don Diego. A Julián, un administrativo que lleva 40 años en la empresa, le parece un petulante desconsiderado y la mayoría comentan a escondidas algunos trapicheos y ligues desafortunados que han sido objeto de habladurías.
El Sr. Ramirez ha luchado mucho por este puesto porque pensaba que eso le reportaría la admiración de los demás, sin poner atención en como y de que manera lo conseguía, ni en su coherencia personal. Aunque parezca una empresa muy grande, lo cierto es que todo termina sabiéndose en este micromundo. Yo no entro en esos dimes y diretes, es mi jefe y yo su secretaria desde que llegó a esta planta y mi único objetivo es hacer mi trabajo lo mejor posible
– Siéntese Mercedes, quiero comentarle un asunto personal.
– Usted dirá Don Diego.
– Noto últimamente que en esta oficina no se me trata con el debido respeto, algunos me contestan de mala gana y ni levantan la cara de sus papeles cuando me dirijo a ellos y no es la primera vez que cuchichean a mis espaldas en un tono desagradable.
– No sé bien a que se refiere Don Diego. Yo creo que todo el mundo le trata con corrección.
– No hablo de corrección, hablo de respeto, soy el Director General.
– Si me permite, puedo darle mi opinión …
– ¡Claro! Eso es lo que pretendo, usted es de las pocas que me tratan con respeto.
– Pues mire Don Diego, se puede exigir un trato correcto y educado, pero no se puede exigir respeto. Yo puedo decidir ser educada hasta con quien no lo es conmigo. Pero el respeto y la admiración son sentimientos más íntimos que sólo pueden reconocerse en otro.
– No entiendo bien….
– Es sencillo Don Diego, ser respetable es algo que sólo decide y sólo depende de usted.
Brujapiruja