… una prostitua de 30 pesos a las cuatro de la mañana,
… la ventanilla abierta una noche de invierno,
… el café con leche caliente antes de ir a trabajar,
… tu mirada, tus caricias, mis miserias,
… la locura, las discusiones y los besos
… también los 5 centavos que faltan para el boleto y,
… el viento que se filtra entre la bufanda y la campera,
… la tapa del tarro que gira en falso,
… un disparo sordo en mitad de la noche,
… el almuerzo familiar y las tardes solitarias,
… las personas que conozco y las que deseria no conocer.
… el tiempo que estamos juntos o el que transcurre hasta lograrlo
… también los pedos, el dolor de muelas y los analgésicos
… la resaca y los dedos amarillos un domingo a la mañana.
… las falsas promesas de amor eterno y
… fundamentalmente que no me importe nada de eso.
El amor somos nosotros: lo cotidiano, el hastío y las hazañas,
no un viejo diciéndote «la noche está estrellada, y tiritan, azules,
los astros, a lo lejos»
todavía no lo comprendiste nena?