En tu vida en ocasiones tienes que ser determinante y decidir con todas sus consecuencias el camino que deseas recorrer.
No es tarea fácil conseguirlo, por una parte tienes que darte cuenta de que realmente necesitas ese cambio y después llevarlo a cabo.
No se cual de las dos opciones es más complicada, creo que las dos, porque asumir que tu camino o vida no es la que deseas, se hace duro, pero lo es más emprender ese nuevo recorrido lleno de incertidumbre.
Incertidumbre que por otro lado te da vidilla, mariposas en el estomago ………en fin, multitud de síntomas.
A mi nunca me gusto tomar decisiones profundas, de esas que te inundan el alma, curiosamente en las que se toman a la ligera, por inercia, nunca he tenido problemas, o por lo menos eso creo, las he llevado a cabo y quizá luego las he meditado, no siempre, pero algunas si, sin embargo las otras te dejan un poco revuelta, como si de un delito se tratara, como si el encauzar tu vida de la manera en la que tú quieres y deseas, estuvieras cometiendo algún tipo de crimen, crimen por cierto imperfecto porque nunca sabes el desenlace pero eso forma parte de la vida, tu vida, de la cual solo tú y únicamente tú puedes ser el protagonista, hay no hay directores, tú haces todo el trabajo, diriges, redactas, interpretas y decides quienes van a ser los que te acompañen como actores.
«Dedicado a esa persona que me guía en este camino, sin su ayuda no sería lo mismo, gracias confidente»
María José Muñoz García