Microtextos a concurso en el Premio Especial 2009
¿Has visto Manuel?, ¡otra vez una mujer muerta!. ¡No sé adónde vamos a ir a parar! Que anda que nosotros no hemos tenido discusiones y no se te ha ocurrido ir a la cocina a buscar el cuchillo, ni echar la llave, ni prohibirme salir, y mira que todavía me conservo la mar de guapa.
Pero claro, a nosotros se nos ha dado bien hablar. ¿Te acuerdas cómo se nos reían porque cada día salíamos un ratito a pasear, como cuándo novios? Pues mira, algo de eso falta ahora, que a la gente con tanta televisión, tanto ordenador y tanta cita virtual se le ha reblandecido el seso. Porque mira, dirán lo que digan los jóvenes pero tienen mil adelantos que nosotros no teníamos y, encima, se quejan de que les falta tiempo y de ese maldito estrés que parece disculpar cualquier otra cosa. ¿Cuántas veces no dejaste tú los tornillos a medio apretar por marchar a hablar con Paco? ¿O cuántas no dejé yo la ropa a medio planchar para atender a alguna amiga? Pero no, ahora cunde el egoísmo, las sesiones de aeróbic y esas cosas que tienen las chicas modernas. Que no digo yo que esté mal, ya me entiendes, Manuel, pero ¡anda que no hemos sido nosotros felices con un trozo de pan y cebolla! Ya, que en algún sitio tiene que estar el truco, ¿verdad? ¡faltaba más! Porque cuándo a ti te daba por algo, cabezota como el que más. ¡Si no nos hubieramos querido, para ratos nos aguantábamos! Y ahora, a la primera vez que no se ponen de acuerdo, parten peras y cada uno por su lado. Mil veces nos habríamos separado nosotros ¿verdad cariño? La vez que te empeñaste en cambiar de coche. Tres días sin hablarnos y otros tantos durmiendo en el sillón. Sin embargo, ¡anda que no eran bonitas las reconciliaciones! El no lo haré más, el mira que me he puesto burro. El pues anda que tú. Yo, Manuel, no lo entiendo, tanta vida en común para irse conociendo, tanta libertad y tanto bombo a la hora de casarse y, total, para durar lo que dura un suspiro. Y sabes que pienso de todo eso, fachada nada más. Por eso te ruego no te enfades si celebramos nuestros cincuenta años en la intimidad, total, nos basta con sabernos queridos.
m minúscula
Pincha en la imagen para acceder a la web especial de este premio.