La importancia de los abrazos
Una música íntima no cesa
porque transita en un abrazo de oro
y la Caridad con el Amor se besa.
De El son del corazón, de Ramón López Velarde
Reclamaré de tus brazos una raigambre entre los tuyos y los míos para que racimos de alas extingan antiguos tiempos de discordia. Saldremos a la urbe con la noble intención de abrazarnos y comprobaremos con qué calidez y ternura se nutren los cuerpos, cuerpos como pájaros que se incitan al gorjeo. Viviremos al abrazo natural de las cosas; pediremos, a viva voz, si es preciso, abrazar nuestra aventura sin menoscabo. Puede que sea agrio y hostil un mundo sin abrazos, o que no hayamos aprendido a pedir o a dar lo que en verdad necesitamos. Siempre hubo necesidad profunda de cariño bajo el rosicler de las nubes y rascacielos que arrullen pasos solitarios. Y al final seremos como niños abrazados quedándonos muy dentro el pulso tranquilo, el tacto, los cuerpos que se entrelazan y que se fugan, el aroma retenido y el viento, la promesa de una adoración mutua sin orillas y el incalculable goce de haberte tenido fugazmente entre mis brazos.
Usue Mendaza