La princesa Tecnología
Érase una vez una princesa llamada Tecnología.
Tecnología era una joven bellísima, muy simpática y agradable, con grandes dotes de seducción. Llamaba la atención desde cualquier parte del mundo, su sonrisa deslumbrante dejaba a todos sin palabras.
Era una mujer muy culta; cualquier cosa que le preguntaras, ella sabía la respuesta. Ya desde pequeñita, todo el mundo la quería; pero, conforme se fue haciendo más mayor, la gente empezó a pagar muy cara toda la atención que le habían prestado a Tecnología, pues se convirtió en una mujer con una gran dulzura por fuera pero por dentro era insensible y muy egoísta. Siempre aparentado ser generosa con los demás, estaba dispuesta a hacerte cualquier favor a cambio de que nunca la dejaras sola, de ninguna manera podías apartarte de ella ni un segundo, porque, cada vez que lo hacías, se ponía muy triste y lloraba.
Pero un buen día, por fin, descubrí la verdad sobre ella, me di cuenta de que su alma era tan oscura como la noche, lo único que quería era atraparme en su telaraña de mentiras.
Haciéndose pasar por mi amiga, después de haberle presentado a mis mejores amigos, de haberle contado todos mis secretos y los de ellos, porque era muy curiosa, y le gustaba saberlo todo sobre mí, sobre mi familia, mi trabajo, la ciudad donde vivo, la dirección de mi casa…, incluso sabía que tenía un gato, pues, cuando un día la invité, dejé que le hiciera unas cuantas fotos.
Ahora que he descubierto la verdad, ya no somos tan amigas, hablamos de vez en cuando pero he dejado de depender tanto de ella.
Elisa Cánovas
