Liberación. Por Yose Álvarez-Mesa

El silencio traspasó los umbrales y se posó en su lecho solitario. La noche, aquella primera noche sin él, había pasado, dejando en la piel un antes y un después de aquel momento. Cesaron las cadenas, el miedo, los puñetazos de amor, el odio guardado en la alacena. Salió a la calle con el único propósito de buscar en las esquelas la noticia de su liberación.

Yose Álvarez-Mesa

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