Recuperando recuerdos.Por Brujapiruja

 

Luisa Nuñez-Pacorro

Recuperando recuerdos.

 Llevo más de quince días sin ver las emisiones de las cadenas de televisión porque consiguen que mis neuronas chirríen estrepitosamente; también me niego a recibir más información que la que yo busque o necesite. Es una ardua tarea tal y como está el mundo pero finalmente, de algún modo, lo he conseguido.
He recuperado las quince temporadas de la serie “Urgencias” (ER) y gracias al puerto “usb” que incorporan los nuevos televisores, puedo ver un capítulo tras otro, sin interrupciones ni intromisiones ajenas a mi voluntad.
Os cuento esto, porque al terminar uno de los capítulos, en donde el Dr. Carter y su alumna se pasan una noche entera buscando a un donante de sangre compatible para una niña en estado crítico, apague el televisor sonriendo al comentario de mi familia. Ellos decían que era exagerado, que nadie se preocupa tanto por los enfermos. Yo no dije nada, me fui a buscar un antiguo álbum de fotos y trasteando encontré la foto que buscaba.
Hace más de 35 años de esta foto –les dije- es Pacorro, en aquella época me fue imposible adoptarlo. Y así comencé a contarles una historia anidada en mis recuerdos entre las muchas que vuelven a mi memoria en esta dieta rigurosa de información externa.

PACORRO

Luisa nUñez-Pacorro 1973

 

Estaba estudiando enfermería y pasaba por la rotación de pediatría, en los tres meses que estuve allí, había un niño de nueve meses que ingresaba tan frecuentemente que prácticamente no salía de la planta. Nadie se explicaba la causa de esos ingresos recurrentes, porque no había patología que lo explicara, hasta que se descubrió que era su propia madre la que le daba laxantes y otro tipo de medicamentos para poder dejarlo a nuestro cargo cuando lo creía conveniente o le venía en gana.
Nunca sabré con certeza la razón por la que Pacorro y yo establecimos una relación tan especial. No podía dejar de pensar en él y, cuando yo entraba en la sala, el crío me lanzaba los brazos y se le iluminaban los ojos y la sonrisa, hasta tal punto, que consiguió que no pudiera marcharme de allí.
Pasaba junto a su cuna todo mi tiempo libre incluido los fines de semana, era mi niño y me indignaba lo que le estaba pasando.
Le propuse a mi padre adoptarlo, yo lo cuidaría, me quedaba muy poco para acabar la carrera, era cuestión de meses. Pero, creo que con buen criterio, mi padre se opuso rotundamente. Entonces una mujer soltera, no tenía opción posible de adopción en solitario.
No sé donde andará, ni como ha sobrevivido, pero en mi memoria vive y me alegro de haberle recuperado en un recuerdo en blanco y negro, desdibujado en la neblina del tiempo pasado, pero no perdido.

Brujapiruja

brujapiruja

Ceo del Portal Canal Literatura

9 comentarios:

  1. Es una historia conmovedora, creo que hay más gente buena que de la que pensamos en el mundo, y sin duda, tú eras una de esas personas. Un abrazo, amiga.

    Ah, yo tampoco soporto la televisión.

  2. Seguramente Pacorro siguió su camino, muchas veces intentamos modificarlo, pero está escrito y por mucho que queramos todos venimos con un destino marcado, quizás podemos dar un rodeo pero al final terminamos recorriendo nuestro destino y pasando por todas las puertas que tenemos que pasar. Y estoy totalmente segura que ese niño influyó, como muchas otras personas para marcarte el tuyo.

    Un beso grande

  3. Las historias reales sobrepasan la fantasia. Es preciosa y da una clara noción de que para ser enfermera hay que tener algo más que buen pulso. Gracias por compartir esta vivencia. Un beso muy fuerte a todas esas enfermeras que nos cuidan cuando estamos tan indefensos.
    PD. Sólo veo «TVE a la carta», me niego a que me laven el cerebro con propaganda.

  4. Felisa si, hay muchas personas buenas, más de las que pensamos, pero las que hacen mucho ruido parecen más y no es cierto.Hay personas trabajadoras y comprometidas que luchan, como tú, que avanzan poco a poco con esfuerzo.Pero es bueno dejar el ruido y acumular nueces… ya me entiendes:))

    Coscobil, tienes razón, las cosas pasan y nos hacen madurar. Separarme de Pacorro me enseñó a comprender que hay cosas que no están al alcance de nuestros deseos, por muy buenos que esos deseos sean, y que hay que aprender a renunciar.Posiblemente era una puerta que tenía que atravesar
    y que me ha servido en otras muchas ocasiones.
    Tu sabes mucho de eso brujita :))

    Susana, estoy pensando la próxima serie (ya me dirás alguna) que voy a ver en formato «dieta». Una experta como tú, sabe que es básico una desintoxicación de vez en cuando de casi todo, menos de la gente hermosa que nos rodea.
    Y veo que estamos un poco «jartas» de TV y que las series por Internet van ganando la partida.
    ¿Me prestas un sofá y una mantita?
    Besos «tsunami» para las tres :**

  5. Siempre, saber de algo así, es la mejor historia que uno puede escuchar, y por supuesto apagando la tele.

    Que de encanto tendría que pudieras encontrar de nuevo a Pacorro, simplemente para verlo.

    ¡Quién sabe!

  6. Angeles (Flor de Mar)

    Brujapiruja:
    De verdad es bella tu historia!.
    Deseo de todo corazón que Pacorro haya salido bien librado de las intensiones maquiavélicas de su mamá. Mira… me recordaste mi infancia… un tiempo vomité continuamente por un año, aparentemente no había explicación alguna, algunos decían tener sospechas de que alguien me envenenaba… tu sabes, una adopción (mi caso) no siempre es aceptada por todos los miembros de una familia, así que, me tocó, ni hablar. Por ahora si no estoy muy sana, por lo menos trato de ganarme la salud, pero para mi fue muy importante el apoyo que recibí de quienes si me querían, incluso en los momentos en que parecía que cruzaba la línea entre la vida y la muerte. Creo firmemente que Pacorro te recordará muy en el fondo a pesar de su corta edad, hay cosas que no se olvidan, esta es una de ellas. Por otra parte es cierto que a veces nuestros caminos se cruzan o se alejan como mencionas y hay que saber aceptarlo. Sin duda coincidirás conmigo en que estas pequeñas cosas son las que en realidad nos llenan, nos hacen sentir plenos, felices. Si no fue para ti, seguramente Pacorro debía cruzar otros mares, nunca se sabe, el caso es que cualquier intento es igual de válido como haberlo realizado y recordarlo, nos enriquece de alguna forma a todos. Saludos.

  7. Gracias por tus comentarios.
    Del relato me quedo con el vínculo que se crea entre vosotros.
    Enriquecer el texto con este sentimiento y dejar al margen el resto creo, en positivo, que lo mejoraría.
    Un saludo con afecto

  8. Boscan es improbable que nos encontremos, o quizá nos hayamos cruzado ya, es imposible saberlo. Me conformo con pensar que está bien porque es lo que quiero creer. Me alegra que te haya gustado. 🙂

    Angeles, tu historia es también impresionante, me emociona leer tus palabras y las tomo como si de Pacorro fueran, al fin y al cabo sabes bien de lo que hablas. Espero que sigas rodeada de quienes te quieren y te cuides mucho. Y si, la vida está llena de esas pequeñas cosas que nunca se olvidan y que nacen de un gesto de afecto en un momento crucial de nuestra vida. Como dice Felisa hay muchas personas buenas.Es evidente que tu eres una de ellas.
    Un fuerte abrazo:)

    lacucebe tienes toda la razón,quizá en otro momento lo hubiera enfocado más literariamente y puede que algún día lo haga, pero lo que quería compartir en este caso,además de la historia, es como he llegado a ella. Como el exceso de información me aturde y me deja sin perspectiva y como intento zafarme del torbellino buscando en mi interior.
    Quizá por eso me gustan tus poemas, porque son como un oasis fresco en medio del desierto y la sed de cosas bellas.

    Gracias por estar por aquí.:)

  9. Puri Teruel Robledillo

    Que hermosa y conmovedora historia. Gracias por trasmitir sentimientos tan puros.
    Abrazos amiga.

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