Respiro. Isabel Muñoz Vázquez

Respiro. El aire se corta. Me falta. Respiro. Se acaba. No hay más oxigeno. Respiro. Y me ahogo. Respiro. No está. Me falta. Se va. Me deja. Respiro. Pienso. Desaparece. Ahora náuseas, esa sensación nauseabunda que me embriaga, que busca un lugar en el estómago que quiere volver al plato los filetes de ternera. Ahí esa saliendo por mi boca toda la comida que hace escasos minutos entraba por mi garganta. Después un sabor amargo retoza en mis papilas, un viscoso jugo amarillento que termina en el retrete, flotando, junto a los trozos de carne, las migas de pan envueltas en baba. Respiro. Vuelve a faltar. Respiro. Se va. El cerebro se queda sin oxigeno. Respiro. Me caigo. Duermo. Y dejo de respirar…

Isabel Muñoz Vázquez

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